Después
de unos días inmersos en la vida de la capital letona, apetecía
respirar campo, zona verde y aire puro. Proseguimos el viaje por las
Repúblicas Bálticas adentrándonos en el cercano Parque
Nacional de Gauja,
(declarado así en 1973).
Este
parque que abarca unos 100 km, es el más antiguo e importante del
país; es un refugio de naturaleza y también de historia porque allí
sobreviven las ruinas de varios castillos como los de Sigulda y, unos
kilómetros más al norte, el
de Turaida,
medievales, del siglo XIII.
Es
una zona boscosa donde el árbol predominante es el pino y sólo los
castillos sobresalen entre las copas de los árboles. Se extiende a
lo largo del valle del río
Gauja
que va desde Sigulda hasta Valmiera; se la conoce como la Suiza
Letona.
El
río Gauja atraviesa los bosques llamados de Vidzeme erosionando las
tierras areniscas y formando caprichosas formas rojizas y hondos
cañones.
El
acceso al parque por carretera es bueno porque lo recorren la A2 y la
A3 y el mejor punto de entrada si vienes desde la capital Riga, es
Sigulda.
A
Sigulda
se la conoce como la capital de invierno de Letonia. Es una extensa
población situada dentro de esa panorámica zona de bosques y un
buen punto de partida para visitar estos lugares llenos de historia y
leyendas. Hay un punto de información que ofrece un plano con las
diferentes rutas que puedes seguir.
Si
sólo se dispone de un día, lo mejor es hacer una ruta circular que
pasa por los dos castillos de Sigulda, la Cueva de Gutmana y el
Castillo de Turaida. Es una ruta de unos 5 kilómetros caminando.
Cerca
del punto de información se localiza la
iglesia luterana vieja de St Berthold de Sigulda,
que destaca con su fachada de un blanco impecable sobre el color
verde de los alrededores.
Luego el primer castillo que aparece es el Viejo Castillo, una fortaleza medieval de 1207, tipo castillo con capilla, construida por la Orden de los Hermanos Livonios que era una orden monástica que cristianizó el país. Con la llegada de las armas de fuego, las fortalezas medievales fueron perdiendo su importancia inicial. Hoy está en ruinas.
Luego el primer castillo que aparece es el Viejo Castillo, una fortaleza medieval de 1207, tipo castillo con capilla, construida por la Orden de los Hermanos Livonios que era una orden monástica que cristianizó el país. Con la llegada de las armas de fuego, las fortalezas medievales fueron perdiendo su importancia inicial. Hoy está en ruinas.
A
escasos metros del castillo medieval encontramos el Castillo
Nuevo
convertido hoy en balneario con cafetería. Es una mansión
neogótica del siglo XIX, construido en 1878 sobre un antiguo
edificio de piedra. La entrada es por un precioso jardín, pero se
contempla desde la verja.
Continuando la ruta se encuentra la
Cueva Gutmann,
que es la mayor cueva erosionada del Báltico con 12 m de anchura y
10 m de altura. De ella mana un pequeño arroyo cuyas aguas dicen que
alargan la vida.
Lo curioso son sus paredes que están
repletas de inscripciones, dibujos y firmas de personas enamoradas o
no que, desde el siglo XVII, las han ido dejando. Las más antiguas
están en la pared de la derecha.
Es en este lugar donde se ambienta la
famosa leyenda letona de la Rosa
de Turaida. ( Transcribo de
un libro de leyendas )
A
principios del siglo XVII una niña fue encontrada en brazos de su
madre muerta por el secretario del castillo de Turaida tras una cruel
batalla entre suecos y polacos.
El
secretario la hizo pasar por su propia hija y le puso el nombre de
Maija.
Con el paso de los años, la belleza de Maija
fue
en aumento, llegando a ser conocida como La
Rosa
de Turaida.
Ella
se enamoró de Víctor,
el
jardinero en el castillo de Sigulda,
y quedaban a menudo en una cueva
situada a medio camino de ambos castillos para dar rienda suelta a
sus pasiones amatorias.
En
1620 Víctor y Maija se comprometen, y un día ella recibe una carta
de Víctor
pidiéndole
que vaya hasta la cueva. Cuando Maija
llega
comprueba que no es Víctor quién la espera, sino un soldado polaco
que trata de violarla.
Para evitarlo, Maija le promete que si la deja ir le entregará un pañuelo mágico que tiene el poder de hacer inmune a cualquier tipo de daño a su portador. Para convencerlo, le propone que pruebe con ella misma.
El soldado la golpea con un hacha y la mata, pero Maija logra conservar su honor.
Para evitarlo, Maija le promete que si la deja ir le entregará un pañuelo mágico que tiene el poder de hacer inmune a cualquier tipo de daño a su portador. Para convencerlo, le propone que pruebe con ella misma.
El soldado la golpea con un hacha y la mata, pero Maija logra conservar su honor.
Víctor
enterró
a su prometida en los jardines del castillo de Turaida, plantó un
tilo sobre su tumba y abandonó el país para siempre.
Algunos
enamorados acuden a la cueva a prometerse fidelidad grabando sus
nombres en la roca.
Siguiendo
por el mismo sendero se llega a la atracción más importante de
Sigulda: la
Reserva
Museo
de Turaida,
uno de los lugares que más leyendas ha generado a lo largo de los
años.
Se
trata de un gran espacio, ocupa 42 hectáreas al aire libre y allí
podemos visitar reconstrucciones de casas de madera de época que
albergan talleres de artesanos y exposiciones con información de la
historia del castillo y el estilo de vida en la región a lo largo de
su historia.
Entre
estas edificaciones típicas destaca la Iglesia
de Madera de Turaida,
una de las más antiguas de Letonia (1750), restaurada siguiendo las
técnicas de la época y utilizando el mismo tipo de madera para no
alterar su aspecto original.
Enfrente
de la iglesia hay una lápida en honor de la Rosa de Turaida. Detrás
una explanada verde, tipo jardín, con 26 esculturas dedicadas al
folklore de Letonia.
Paseando
por cualquier de los senderos por los que perderse se llega a la
estrella de la Reserva, el
Castillo de Turaida.
Este
castillo fue una grandiosa fortaleza construida por el arzobispo de
Riga que más tarde pasó a los dominios de los Caballeros
Portaespada después de una dura batalla a finales del siglo XIII.
Después del tiempo transcurrido desde su construcción y los
sucesivos conflictos bélicos, el castillo actual presenta mejor
imagen por fuera que por dentro,
Lo
más llamativo es el ladrillo rojo de sus murallas y la gran torre
principal. Esta torre es accesible y se puede subir hasta lo alto
para contemplar todo el recinto amurallado y los paisajes hermosos
que la rodean.
En
el interior de la fortaleza también se encuentra la tumba de la Rosa
de Turaida. Una sencilla lápida señala que fue enterrada por su
amante que plantó un tilo sobre ella.
Muchos
recién casados letones visitan la tumba de la Rosa de Turaida y
dejan flores.
Aquí
pusimos punto final a este hermoso país que es Letonia. Estonia nos
esperaba con los brazos abiertos