dimecres, 17 de febrer del 2016

BARCELONA. UN PASEO POR LAS RAMBLAS


Pintura al óleo de Antonio Reverte
Barcelona es una ciudad moderna, cosmopolita, especial, acogedora y multicultural que os espera con los brazos abiertos.
Podemos empezar la jornada en el Café Zurich, porque es un preámbulo perfecto al paseo por las míticas Ramblas de Barcelona.

Foto de Asier
El Café Zurich hace las veces de centro del centro, es un punto de encuentro obligado. Es un café clásico de toda la vida, lo reformaron hace pocos años, pero sigue conservando todo su sabor. Es el sitio ideal para ver y dejarse ver, y, a un lado de la Plaza de Cataluña.
Si decidiéramos sentarnos en una de las mesas de su terraza, disfrutaríamos en primera fila de un curioso desfile de personas de todas las alturas, anchuras y colores.


Las Ramblas se inician en la Plaza Cataluña y terminan junto al monumento de Colón en la parte antigua de la ciudad.
Son 2 kilómetros de paseo entre distintas ofertas extraordinarias y cientos de visitantes de todo el mundo.
Podéis visitar los mercadillos que se encuentran cercanos al puerto y asombraros ante la gracia de dibujantes y pintores que retratan los millones de estímulos que aporta el lugar.
Nuestro paseo nos llevará a conocer edificios de enorme simbolismo como el Palacio de la Virreina, el mercado de La Boquería y el Teatro del Liceo.


Cruzaremos el primer tramo de Las Ramblas, llamado de Canaletas, por el nombre de la fuente de hierro colado del siglo XIX que hay en el comienzo.
Según el dicho "el que bebe de esta fuente vuelve siempre a Barcelona".
Es un lugar de encuentro de hinchas de Barcelona FC cuando celebran los triunfos de su equipo. También, diariamente, es un lugar de tertulias al aire libre.


Allí nos encontramos con singulares puestos de periódicos y revistas, de terrazas para tomar café, comercios emblemáticos, tiendas de recuerdos y cientos de artistas, entre malabaristas, mimos y músicos callejeros.
Seguíremos por la Rambla de los Estudios ( nombre dado por el antiguo edificio de la Universidad, construido a mediados del siglo XV) para llegar a mi primer destino: la iglesia de Belén.
Esta iglesia forma un estrechamiento pintoresco de la calle que recuerda los orígenes de ésta que fue un torrente en sus inicios.


La fachada principal que da a la calle del Carmen forma un bonito telón de fondo de la Rambla de las Flores.
Delante y haciendo esquina a la calle Puertaferrisa, hay un gran caserón, el Palacio Moyá.


Este tramo llamado Rambla de las Flores es quizá la quinta esencia de la ciudad.
Su belleza cambiante es propia de todas las estaciones del año.
Durante el siglo XIX era el único lugar de Barcelona donde se vendían flores y cada parada tenía su propia tertulia. Entre las floristas, célebres por su belleza, el pintor Ramón Casas encontró su mejor modelo que más tarde convertiría en su esposa.
En este punto del recorrido llegamos a uno de los lugares más visitados por viajeros y turistas: el mercado de Sant Josep o de la Boquería.



Recorrer este mercado es un verdadero placer para los sentidos porque una multitud de olores, colores, sensaciones se abren a tu paso, entre el bullicioso ir y venir de la gente.
Pasearemos, admiraremos, preguntaremos, compraremos, fotografiaremos, observaremos ... interiorizando cada una de las cosas que tenemos delante.



Al salir seguimos bajando por la Rambla llamada de los Capuchinos en este lugar. Un trozo de su pavimento fue decorado por Joan Miró y es la parte donde se sitúan importantes atractivos turísticos como el Gran Teatro del Liceo, la calle Unión donde comienza el Barrio del Raval, el Palacio Güell, el Café Ópera, el acceso a la Plaza Sant Jaume, el acceso a la Plaza Real y la fuente de hierro de las Tres Gracias.

Foto Wikipedia
El último tramo es la Rambla de Santa Mónica, zona donde se concentran la mayor parte de bares y restaurantes hasta llegar al Monumento de Colón que conecta con la zona del antiguo puerto.



¿Nos vamos a “ramblear” ?




POTSER ET POT INTERESAR