Como quien no
quiere la cosa, el verano se nos escapó y para despedirlo nada mejor
que buena compañía y una escapada a una ciudad europea que aún no
conocía: Torino.
Un
poco de historia no viene mal
(copiado
de una guía de la ciudad)
Torino
es la capital del Piamonte,
la región italiana septentrional que limita con Francia. Torino
tiene un pasado histórico un poco complicado de resumir en pocas
líneas. Ciudad celta, fueron los romanos quienes levantaron la
colonia de Augusta Taurinorum que seguía una disposición ortogonal
siguiendo el sistema militar del castrum.
Con
la caída del imperio los longobardos y posteriormente los francos
ocuparon la ciudad, hasta la llegada de la Casa de los Savoia,
mecenas del barroco turinés, y promotores de un reino independiente
del dominio francés que durante el 800 se asomó al norte de
Italia.
El
siglo XIX fue intenso en toda Italia, pero Turín vivió momentos de
gran agitación política como el nombramiento de capital del país
recién unificado en 1861, hasta 1864. Patria de uno de los padres
del Risorgimiento, Cavour, en los albores del siglo XX surgieron
importantes centros industriales que dieron lugar a empresas de gran
renombre como Fiat u Olivetti.
La
cercanía de las montañas hace imposible no pensar en el turismo
invernal
de
esquí que
ofrece Turín. Y es que han sido varias las veces que la ciudad ha
acogido eventos de alto calado como campeonatos del mundo de esquí o
las olimpiadas de invierno de 2006.
Torino,
una ciudad a la espera que la descubramos.
El
vuelo entre España y el aeropuerto internacional de Turín-Caselle
tarda unas 2 horas. Saliendo de Barcelona se puede elegir Vueling o
Ryanair.
Como
siempre hacemos en todos los lugares que visitamos, nuestro
alojamiento estuvo situado en el centro histórico de la ciudad. (Le
Petit Hotel de la Via San Francesco, muy recomendable)
Una
vez acomodados salimos al descubrimiento de esta bella ciudad.
La
primera impresión fue que había un tráfico caótico a primera hora
de la tarde de un jueves cualquiera. Nosotros, que íbamos andando,
no nos sumergimos en ese caos circulatorio porque cogimos una de las
rectas calles del centro: la comercial Via Roma. Esta via
une la estación de tren Porta Nuova con dos de las principales
piazzas , la de San Carlo y la del Castello.
Dedicamos
toda una tarde a visitar el núcleo histórico de la Piazza San Carlo
y la Piazza Castello con sus alrededores, verdadero corazón de
Torino, porque allí se encuentran los edificios más emblemáticos.
Segunda
impresión de Torino: ordenada, barroca, cuadriculada y
elegante. En estos adjetivos pensaba mientras paseábamos por la Via
Roma bajo el resguardo de los soportales que casi no dejaríamos en
ningún momento de nuestra ruta.
Torino
se la conoce por sus soportales, porque tiene más de 18 kilómetros
de galerías porticadas. Los pórticos le dan un aire acogedor y son
prácticos cuando hay inclemencias del tiempo, te protegen de la
lluvia y el sol. Luego también puedes encantarte tranquilamente
mirando escaparates y confiterías en cantidad. Por cierto, los
escaparates de Via Roma, un poco excesivos pero preciosos.
Llegamos
a la famosa Piazza Castello.
Esta plaza está flanqueada por el Palazzo Reale y el Palazzo Madama y si miras el mapa ves que convergen cuatro de las principales vías del centro: Via Garibaldi (peatonal), Via Po, Via Roma y Via Pietro Micca.
Es la segunda plaza más grande de esta ciudad, con una superficie aproximada de 40.000 metros cuadrados.
Construida en el siglo XVI y reconstruida en el XVII después de los desperfectos que sufrió durante la guerra, el gobierno de los Savoia hizo que alcanzara su máximo esplendor con la reforma y modernización de los antiguos palacios.
Para empezar buscamos el Palazzo Madama para poder disfrutar del valor de más de mil años de antigüedad en un solo edificio. Cimientos romanos, un castillo del siglo XIV y todas las posteriores modificaciones barrocas.
El
palacio resume la historia de la ciudad en sí misma.
A
comienzos del siglo I a. C., el lugar de este palacio estaba ocupado
por una puerta en los muros romanos de la que partía el decumanus maximus de Augusta Taurinorum (el antiguo nombre de Turín).
Dos de las torres, aunque restauradas, aún testifican este núcleo original.
Dos de las torres, aunque restauradas, aún testifican este núcleo original.
Después
de la caída del Imperio
Romano de Occidente,
la
puerta romana, en
la Edad Media,
se convirtió en una fortaleza y
era el
baluarte fortificado en las defensas de la ciudad.
Entre
los siglos XVII y XVIII, la Real Señora de Savoia
lo eligió como su propia residencia y en el Ortocento, Carlo Alberto
colocó el primer Senado del Reino de Italia.
Es
un edificio muy original porque muestra dos fachadas. La que da a la
piazza Castello, lo que sería el delante, es un elegante palacio
barroco, y, la que da por detrás, es como un castillo medieval.
En
su interior se encuentra el Museo de Arte Antiguo de la Ciudad, que
tiene una bonita colección de cerámicas, dibujos y esculturas.
Durante la visita, se puede entrar en el pequeño jardín para ver
las murallas y torres del palacio desde el interior.
Se
puede
visitar de martes a sábado de 10 a 18 horas, y los domingos hasta
las 20 horas (7,50
euros)
Si
sólo se
quiere ver
la escalinata de entrada y la corte medieval, el acceso es gratuito.
Luego cruzamos la plaza y en el fondo se encuentra el Palazzo Reale (Visita de 8.30h a 19.30 h, excepto lunes,y gratis el primer domingo de cada mes)
Este palacio del siglo XVII fue la residencia de la Casa de Savoia y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Más allá de ser hermoso e imponente, es un lugar muy bueno para pasear.
La entrada principal se encuentra en la misma Piazza Castello. Construido en 1646, sirvió como residencia real hasta 1865. Hoy en día, se pueden visitar varias secciones del palacio: Los apartamentos del rey, la Biblioteca Real y sus 200.000 libros, la Armería Real y su impresionante colección de caballos de peluche con sus jinetes blindados y la galería Sabauda, que expone pinturas de los siglos XIV al XX.
Nosotros anduvimos por los Jardines Reales cuya entrada es libre y fue allí donde charlamos un buen rato con unos estudiantes nativos que fueron muy simpáticos y amables cuando les disparamos un montón de preguntas sobre lugares que visitar, donde comer, tomar un bicerín o un vermut.
Y
descubrimos la Iglesia de San Lorenzo
En
este punto, miramos arriba para ver una gran cúpula octogonal, la de
la Iglesia de San Lorenzo ¡¡¡ Preciosa !!!
Esta
pequeña
iglesia está
repleta de historia y goza de todo
el cariño de
los
habitantes de Torino.
Además
tiene
una curiosa historia tras ella.
Dedicada
a San Lorenzo en
honor a la
victoria de Manuel Filiberto el día 10 de agosto de 1557 (día de
San Lorenzo). Perteneció
a
la casa Savoia,
ya
que
prometió construir una iglesia en honor a este santo
si eran
vencedores
en la
batalla
de San Quintín.
Este
precioso lugar, de estilo barroco, atrae a miles de fieles todas las
semanas, pero también a puñados de viajeros que no quieren perderse
detalle de ella.
De entre las curiosidades destaca su cúpula y el hecho de no tener
fachada, por lo que resulta difícil toparse
con ella, tan solo es
visible
una pequeña puerta.
Otros
edificios que encontramos en
la plaza son:
el Teatro Regio, el Palazzo della Giunta Regionale, la Armeria Reale,
el Palazzo del Governo, la Biblioteca Reale, el Archivio di Stato y
el Palazzo Chiablese.
La sala de estar de Torino: la Piazza San Carlo
De regreso al hotel, via Roma abajo, nos encontramos con Piazza San Carlo, apodada “il salotto di Torino”
La
llaman “la sala de estar
de Torino”
porque la vida política
piemontesa se ha desarrollado
siempre en esta plaza, o
mejor, en sus famosos cafés, frecuentados por miembros de la familia
real, nobles y escritores. Es
un lugar para ver y ser visto al salir de compras o pasear.
Toda
la plaza es peatonal y
porticada;
tiene una superficie de 768 metros cuadrados. En ella se celebran
todos los acontecimientos históricos y sociales, conciertos,
manifestaciones, protestas, mítines y triunfos deportivos de la
Juventus.
En
el centro hay un monumento equestre llamado
Caballo de Bronce. A los
lados el edificio Solaro del Borgo (s XVII)
y, en el lado sur, las dos
iglesias gemelas de estilo barroco: San
Carlo y Santa Cristina.
La
imagen que tuve
durante muchos días de fondo
de escritorio de mi ordenador cuando
preparaba el viaje, ahora
la tenía ante mis ojos. ¡¡
Hermosa Piazza !!
Llevaba
anotados varios cafés en mi libreta viajera, porque dicen que no se
conoce Torino si no se disfruta de una pausa en uno de sus cafés
históricos.
Y
nos tomamos un café de altísima calidad en el famoso Caffé San
Carlo, primer local de toda Italia que tuvo iluminación a gas.
Te sientas cómodamente, miras las pinturas de sus paredes, las
columnas de los laterales, estucos, las lámparas de araña y puedes
viajar a una época muy importante de la historia italiana: el
Risorgimento, en el siglo XIX.
Otro
famoso café es el Caffé Torino, un poco más joven respecto
a los otros cafés históricos de Torino. Se construyó en estilo
Liberty (Art Nouveau en Italia) a principios del s XX. En su interior
también hay mármoles, lámparas de lágrimas de cristal y todo tipo
de decoración deslumbrante.
En
la entrada hay un neón, el único original de la época en Torino.
En el pavimento de los soportales y frente a ese café, hay la imagen
de un toro rampante. La tradición dice que si pisas sus genitales
tendrás buena suerte.
Un
local histórico más es la Confitería Stratta, de 1836, que
fue proveedor oficial de caramelos de la Casa Real de los Savoia.
Y
muy cerca el Baratti & Milano que también fue
distribuidor oficial de chocolate de la aristocrácia piamontesa.
Delante
de la plaza, aunque
un poco escondida,
encontramos la
Galleria
San
Federico,
una galería comercial construida en los años 30 y donde se
pueden
realizar compras o simplemente tomar un café admirando el esplendido
techo abovedado que combina con el piso de mosaicos negros y blancos.
Allí también veréis el histórico Cine Lux.
Y
en el silencio de mi habitación mi cabeza se llenó de interrogantes
: ¿Quienes eran los Savoias? Intentaba buscar imágenes de los
libros de historia de mi época de estudiante. ¿Llevaban peluca?
¿Los del uniforme azul, rojo y blanco? ¿Una Savoia novia del rey
emérito de España? …...