dijous, 5 de març del 2020

TERUEL ME INVITÓ A LA FIESTA MODERNISTA





No recuerdo el día concreto del mes de noviembre cuando subí a Teruel capital, en busca de provisiones y vi carteles colgados en los comercios que anunciaban una Fiesta Modernista. 

Modernismo me recordó Barcelona y La Garriga, el pueblo donde vivo. Sentí curiosidad, pregunté, investigué y me encontré con un programa muy atractivo de festejos vinculados a la época modernista. 

Teruel rendía homenaje al Modernismo con una serie de actos a los que me invitaba: Una Fiesta Modernista. 





Para asistir a esta fiesta tan especial sólo había que ir vestido de época o llevar alguno de los complementos clásico modernistas, como sombreros, chisteras, bastones. 

La Plaza del Torico se convertiría en el lugar perfecto para disfrutar de un paseo entre la burguesía de 1900 y, al día siguiente, sería un mercado de 1912. 

Me llamó mucho la atención esta interesante recreación que recuperaba personajes y costumbres turolenses de principios del siglo XX. 




Unas características del Modernismo 

Recuerdo de este estilo que es típicamente urbano, que busca formas mucho más refinadas que las ofrecidas por la producción industrial, y que compagina funcionalidad y belleza. 

Es una manifestación burguesa. Los arquitectos en lugar de copiar las formas clásicas (columnas, frontones, etc.) buscan la inspiración en las formas de la naturaleza, la flora y la fauna. Luego rechazan los esquemas simétricos en favor de lo ondulado porque dicen que transmite más fuerza y vitalidad. 

Casa Escriche


El Modernismo turolense 


La aparición del Modernismo turolense hay que asociarlo a varios factores. El primero fue la aparición de una burguesía local con fuerte economía que quiso rivalizar con la que en siglos anteriores hizo la aristocracia como símbolo de poder. 

Lo segundo fue la entrada en escena del arquitecto catalán Pau Monguió i Segura como autor capaz de plasmar ese deseo burgués. 

Y como tercer y último aspecto condicionante, la existencia en Teruel de unos artesanos de gran profesionalidad que materializarán las obras durante este período renovando edificaciones en el centro histórico. 

Puerta de Casa Escriche


Pau Monguió i Segura fue el arquitecto del Modernismo en su dilatada estancia en Teruel entre los años 1897 y 1923, con una interrupción entre 1902 y 1908 que regresó a Tortosa. Es a partir de esta última fecha, cuando proyecta los mejores edificios para la burguesía local, que coge sus diseños como un símbolo de modernidad. 

En el acabado de sus obras contribuye la profesionalidad de los artesanos entre los que destaca el herrero Matías Abad, auténtico maestro en el dominio del hierro. 

Casa de Tejidos “El Torico”

La Madrileña

La Madrileña


Este espíritu modernista se encuentra en edificios como Casa Ferrán, (entre las calles Nueva, Laureano y el Salvador) ; en las fachadas de la Casa de Tejidos “El Torico” y en, ambas situadas en la plaza del Torico. 



Casa Escriche

Casa Escriche

Casa Bayo

Y para completar esta ruta modernista, también se puede visitar la Casa Escriche en la calle Temprado, Casa Bayo, (llegando a la plaza Bretón), La Imprenta Perruca, (en la calle San Andrés) y la discreta Casa Natalio Ferrán en la calle San Francisco. 

Casa Asilo San José





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