dimarts, 5 de maig del 2020

DE PASEO POR BUDA






“Si estás cansado de Budapest, estás cansado de la vida” 
(Dicho popular húngaro) 





Los viajeros nos familiarizamos enseguida con esta dualidad de la capital húngara. Budapest como ciudad oficial no surgió hasta la unificación de las tres ciudades en 1873. Estas tres ciudades situadas a orillas del Danubio son: Buda, regia y cortesana, Pest, comercial, situada sobre la llanura del margen oriental; y Óbuda , heredera del primer asentamiento romano (Aquincum). Las tres conservan su carácter. 


En días anteriores conocimos lo imprescindible de la ciudad de Pest. Frío, mucha lluvia, algún pequeño guiño del sol y recorriendo poco a poco los lugares que más nos interesaban. Las tardes fueron de descanso y mercadillos navideños. 

El tiempo dio una tregua y pudimos disfrutar de los monumentos más importantes de la ciudad de Buda. 







Barrio antiguo de Buda

El encanto de Buda está en perderse por sus empedradas calles, visitar obras de gran valor artístico y dar un paseo por el lado occidental de la montaña disfrutando de unas espectaculares vistas de la ciudad de Buda. 

Para acceder a este barrio cruzamos andando el famoso Puente de las Cadenas y  hacer las fotos de rigor. 

El Puente de las Cadenas es espectacular en todos los sentidos, por su estructura, por sus leones -que recuerdan a los de Trafalgar Square- y por sus historias. Además, es muy fotogénico tanto de día como de noche. 







Un hecho histórico es que en 1867 el emperador Francisco José hizo su juramento a los pies de este puente, en la orilla de Pest, y luego lo cruzó hasta la Colina del Castillo para ser coronado Rey de Hungría.





Para subir directamente al Castillo y no experimentar unos 200 escalones, hay un vetusto funicular que en apenas de un minuto sube a la cima y recuerda las colinas de mi querida Lisboa. Está situado a la izquierda después de cruzar el puente.

Es un transporte con mucho encanto, construido en 1870 para facilitar el ascenso a los empleados que reformaron el Palacio Sándor, sede del gobierno. Desde allí, la vista es hermosa y es una gran oportunidad de hacer buenas fotos.

Quizá lo ideal es subir en funicular y bajar andando.




El Castillo de Buda

El Castillo es un lugar que debe visitarse, por su arquitectura, por su historia y por las vistas de la ciudad.

El edificio original nació en el siglo XIII, pero fue transformándose a lo largo del tiempo. Brilló con un lujo refinado durante el reinado de los Habsburgo, fue prácticamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial y renació en un despojado estilo neoclásico bajo el gobierno comunista.

Lo que antes fue el Palacio de los reyes húngaros hoy es una zona turística llena de hoteles y restaurantes de primera clase.





El Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matías

Curioseando llegamos a uno de los lugares más hermosos visitados por los viajeros: la panorámica del Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matías. Desde este lugar las vistas quedarán para siempre en nuestra memoria . 







El verdadero nombre de la Iglesia de Matías es el de Nuestra Señora de la Asunción. El nombre de Matías lo toma del rey Matías Corvino porque en este templo contrajo matrimonio con su amada Beatriz en el año 1474.












La iglesia actual es de origen neogótico y fue construida en 1896 por Frigyes Schulek aprovechando los cimientos y otros elementos arquitectónicos de una iglesia antigua de más de 500 años que se ubicaba en el mismo lugar. Las piezas arquitectónicas que caracterizan a esta iglesia son la reproducción del rosetón medieval que se sitúa sobre la portada principal y su tejado de azulejos de colores, obra de una restauración reciente. 













De estilo neogótico es también la fortaleza Bastión de los Pescadores y el nombre le viene porque en este lugar estaba el antiguo emplazamiento del mercado de pescado. Tiene siete torres en memoria a las siete tribus magiares que llegaron cruzando los Urales y se asentaron en este lugar fundando la ciudad. 


Estas tribus dieron origen a Óbuda que más tarde se unificó con Buda. 


Aunque se llame bastión, (nombre que se le da a una construcción defensiva) el Bastión se edificó con una función puramente ornamental. 





Los últimos rayos de sol de una tarde de invierno iluminaron el Bastión de los Pescadores. En primer plano la estatua del rey San Esteban montado en su caballo, con la doble cruz en su mano. Y los turistas desafiando el frío antes de entrar en una cafetería a tomar un té o un forró csoki (chocolate caliente). Nosotros elegimos una de entrañable. 



Café Ruszwurm

Es la cafetería más antigua de Budapest, data del 1827. Sus pasteles ganaron fama en todo el Imperio Austro-Húngaro. Dicen que eran los favoritos de la emperatriz Sissi. 

La decoración del lugar todavía mantiene su aspecto antiguo: mesitas, sillas y estanterías llenas de antigüedades que nos muestran el romanticismo de Buda en aquella época. 

Tomamos un café que lleva su nombre, “Ruszwurm”(expreso con licor de cereza, chocolate y crema batida) y alguno de sus dulces (por cierto, no me gustaron, lo reconozco). 

  






Este barrio del Castillo mereció un largo día caminando por la tranquilidad de sus calles y paseos de ronda. Y nos acercamos por última vez a la balaustrada del Bastión para ver cómo el ocaso se reflejaba en las fachadas de la orilla opuesta del Danubio.









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