Entre
cumbres, bosques y ríos de la sierra de Gúdar, al sur de la
provincia de Teruel, está un pueblo precioso que siempre me acoge
con la mejor de sus sonrisas : Rubielos
de Mora.
Mi
furgoneta W, de tanto circular por estas carreteras, se sabe de
memoria el camino y ya puede andar sola y no perderse por estos
lugares,
tan solitarios la mayor parte del año.
Hoy
mi
alegría es muy grande al ver el merecido premio que le han otorgado
como “El pueblo más bueno y bello de España”
Su
sencilla
belleza me
cautivó a mi también desde hace mucho tiempo y eso hace que
lo
visite
siempre que estoy en tierras turolenses,
La
A-1701 conduce desde la Venta del Aire, salida 71 de la autovía
Mudéjar, directamente a Rubielos de Mora.
Un
día voy
a la farmacia, otro día a la peluquería de Ana; los más, a tomar
un cafecito en El Aljibe …y siempre un ratito para hacer vida
social en La Tahona, uno de los lugares que mejores
aromas desprenden
del pueblo, aroma
a pan recién horneado.
La
bienvenida al visitante la da la escuela de primaria, edificio de
estilo modernista que se llena de alegres risas en la hora del recreo
que es más o menos la hora que yo aparco la furgo.
Si
vais algún día a visitarlo, dejad el coche fuera del recinto
medieval y entrad a pie por el portal de San Antonio. Os llevará
directos al Ayuntamiento, un edificio en apariencia austero, pero con
un patio interior que juega con la luz y la piedra. Entrad, por favor
.... y admirad.
En
la plaza, la fuente de la Negrita y, a continuación, calle arriba,
calle abajo, calle izquierda, calle derecha ... palacios y edificios
que llaman la atención: hay más de 20 casas señoriales
catalogadas.
Todos
los viajeros que visitan la villa se preguntan el por qué de tanto
señorío y riqueza. Además todas las calles tienen ejemplos de
arquitectura popular.
Rubielos
de Mora ofrece una estampa medieval e íntima que le hizo también
merecedora del premio Europa Nostra, un galardón concedido por la
Unión Europea a las poblaciones mejor conservadas del continente.
Los
artesanos –forjadores, talladores de madera y ceramistas–
contribuyen, con su trabajo, a que el pueblo mantenga su estampa
medieval.
Los
palacios destacan por sus grandes fachadas, preciosos balcones,
bellas rejerías y puertas de madera con remaches.
El
monumental conjunto urbano de la villa, uno de los más
impresionantes de la región aragonesa, invita al lento paseo y a
recorrer todos sus rincones admirando cada uno de ellos.
¡Qué
gusto comprar en la farmacia de Angel que está en la planta baja de
un palacio! ¡qué lujo entrar en una frutería metida en un
edificio tan singular ! y la peluquería de Ana en una casa con
encanto ....!
Rubielos
se actualiza, pero también retrocede en el tiempo.
El
último fin de semana de agosto rejuvenece cinco o seis siglos hasta
la época medieval. La mayoría de la población se viste con trajes
de la época, se realiza el "mata puerco" a la vieja
usanza, toro embolado , arqueros mostrando sus habilidades y la
asociación de tambores crea ambiente en las calles.
El
centro de la fiesta es el mercado artesanal. Hay mucha gente de
fuera, es un mercado que atrae muchísimos visitantes y es muy bueno
para la economía de la villa, que estos dos días huele a espliego y
a paja de trigo.
Podría
recomendaros una cosa de cada parada, queso de cabra de ....,
membrillo de ...., utensilios de madera de boj de ...., ramos de
flores secas de ...., cerámicas de Merche, la mujer del maestro ...,
pastas de .... Visitar este mercado, para mí, es el anuncio del
final del verano.
Los
más de 700 habitantes de Rubielos de Mora pueden enorgullecerse de
residir en uno de los pueblos más bellos y armónicos, que mejor
conserva su singular arquitectura.
Para
ver en perspectiva el pueblo subimos por la carretera que conduce a
Fuentes de Rubielos, donde está la mejor panorámica, en el
Colladico de la Cruz.
Felicidades
por el premio. Disfrutad, os lo merecéis.