En los últimos tiempos hemos pasado
sin orden ni concierto por multitud de estados de ánimo: ansiedad,
cansancio, desasosiego, esperanza, miedo, ilusión … Este último
estado de ánimo es el que prevaleció para organizar una escapada.
¿Dónde ? Recordé mis tiempos
jóvenes vividos en Euskadi y decidí que teníamos que ver la
transformación de Vitoria en los últimos años.
Como a estas alturas de la vida de
“jubileta” me apetece tenerlo todo al alcance de la mano, siempre
busco alojamiento bien ubicado para descansar después del largo
callejeo diario por querer verlo todo. La mejor opción fue el hotel
NH Canciller Ayala, situado en un extremo del Parque de la Florida a dos pasos
del Ensanche y del casco histórico. Además sus habitaciones ofrecen
unas espectaculares vistas aéreas de la ciudad.
Vitoria-Gasteiz
tiene un centro histórico
precioso que es una isla
peatonal de cinco kilómetros cuadrados
por
donde sólo pasa el tranvía y algunos coches residenciales. Allí
se aglutina lo más antiguo de la ciudad: Iglesias, catedrales,
casonas, museos y palacios que son ejemplo de lo que fue
históricamente la capital vasca.
El
centro neurálgico punto de partida de todas las rutas
imprescindibles es la Plaza
de la Virgen Blanca que
es también
lugar de reunión de los habitantes de Vitoria. Justo al lado está
la plaza de España o plaza Nueva, En el número 1 de dicha plaza
está la Oficina Municipal de Turismo donde se puede recoger mucha
información y una guía del visitante útil, atractiva y completa
(de las mejores que he visto en mi vida viajera ) No os olvidéis del
egun on (buenos días), eskerrik asko (gracias) y agur (adiós) .
DESCUBRIENDO
LA CIUDAD :
Vitoria-Gasteiz es una ciudad hermosa,
amable, limpia, tranquila, histórica, sostenible, verde y que
respeta el medio ambiente. Conjuntamente a esto, la nueva cocina
vasca y sus famosos pintxos
se ofrecen para el deleite de los visitantes. También son una joyita
los postres con dulces de gran reputación.
Todo sabrá mejor si se acompaña de
buen vino de la Rioja Alavesa o con un vaso de txakolí.
Vitoria-
Gasteiz hace que sea apetecible a cualquier viajero entusiasta