dilluns, 17 d’abril del 2017

UNA PARADA EN CANDELARIA VALE LA PENA



¿Cuántas veces había escuchado esta isa canaria interpretada por Los Sabandeños?

Virgen de Candelaria,
La más bonita, la más morena
La que tiende su manto, 
Desde la cumbre, allá en la arena
Virgen de Candelaria,
La morenita, la más morena,
La que tiende su manto, 
Desde la cumbre, allá en la arena
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No podíamos dejar la isla sin visitar Candelaria. Hicimos un alto en el camino al sur de la isla, por la autopista TF1, a unos 17 km de de Santa Cruz, que es donde está situado este emblemático lugar.
Candelaria además de ser una imagen y una basílica, es el nombre de un pueblo pesquero lleno de luz con sus casas pintadas de colores diferentes y de tonos muy alegres.


La Basílica de la Patrona de Canarias, llamada la Morenita, es el centro de peregrinaciones más importante del archipiélago y por lo tanto es visitada por miles de personas cada año. Está situada en la Plaza de la Patrona, junto a las arenas negras de las playas.


Y es también en esta Plaza de la Patrona de Canarias donde están situadas nueve estatuas que representan a los reyes guanches que gobernaron la isla. La unión de la cultura guanche y la cultura castellana instaurada tras la conquista de Tenerife se hace patente en los monumentos que pueblan Candelaria, especialmente en estas estatuas de bronce de los menceyes guanches que allí se encuentran.


Según me contaron varios lugareños las estatuas de los Novenos Menceyes son una de las cosas de las que más orgullosos se sienten los canarios, entre otras cosas porque conmemoran a los colonizadores de las islas Canarias que para ellos no fueron otros que los Guanches.


Caminamos por sus calles y encontramos lugares como el Convento de los Padres Dominicos, la Ermita de San Juan Blas, la Cueva de los Camellos; además del antiguo Ayuntamiento de Candelaria, la Fuente de los Peregrinos y La Iglesia de Santa Ana.



El barrio de Santa Ana tiene un encanto especial. Se encuentra en la zona alta de la villa, sobre un acantilado costero, y fue el núcleo inicial de población cuando la formaron los guanches.
Tiene edificaciones muy antiguas con una arquitectura típica canaria de dos plantas, fachadas encaladas y balcones de madera, formando un conjunto muy pintoresco.


Más tarde nuestros pasos se dirigen a la costa y nos encontramos con el Puerto Pesquero cercano a la Basílica, playas como la playa de Punta Larga donde “jubileta” recogió arena negra para su amiga viajera de Labitácora.


En un bar, unos paisanos estaban tomándose un barraquito, un tipo de carajillo al estilo canario, al que además de café y licor se añade leche condensada, canela y limón. 

¡Había que probarlo! 





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