La
inscripción que reza en el escudo de La Orotava da muchas pistas de
lo que vas a encontrar en esta “Muy noble y leal villa” .Desde
los inicios de la conquista española de Tenerife, La Orotava se
convirtió en la residencia de la rica aristocracia que venía de la
Península y que gozaba de privilegios en estas tierras por expreso
deseo del rey. La riqueza les venía de la producción agrícola que
viajaba por mar hasta Europa y América.
Es
la villa más cercana a Puerto de la Cruz, 5 km la separan, pues, de
la costa Y también una de las más antiguas, pues rezuma historia
por todos lados: calles empedradas, antiguas casonas de la época de
los primeros conquistadores, rincones con encanto, molinos de agua,
jardines llenos de color , balcones de madera de tea de los mejores
carpinteros de la época ... Y apenas hay turistas, ni resorts, ni
hoteles de lujo.
Como
siempre el casco antiguo de un lugar es de visita obligada y allí
encontramos todos los edificios de más interés:
La Iglesia ex-convento de San Agustín, la Plaza de La Constitución,
Ayuntamiento, Iglesia de la Concepción, Casa Lercaro, Liceo Taoro,
Casa Mesa, Iglesia de San Juan Bautista y Casa de Los Balcones.
De todos estos lugares pongo fotografías.
Son
muy conocidos los balcones típicos que adornan las fachadas de las
casas tradicionales, y son unas de esas imágenes que te quedan
grabadas de un lugar y luego las recuerdas siempre. La
Casa de Los Balcones
me pareció espectacular; es una mezcla entre museo y tienda de
artesanía. La casa fue construida en el XVII, tiene tres plantas y
un estilo canario puro, con hermosos balcones tallados.
Tuvimos
una agradable sorpresa al poder ver cómo dibujaban y preparaban las
alfombras de flores y tierra volcánica, que cada año elaboran para
la fiesta del Corpus Christi, en la plaza del Ayuntamiento. (Este año 2017, se celebra el 22 de junio, jueves)
Nuestra
jornada terminó con la asistencia a un concierto de Los Sabandeños
en Memorial César Manrique. La música tradicional canaria llenó
de emoción las dos horas que duró la audición y llenó de
sentimiento el Liceo
de Taoro.