dijous, 15 de novembre del 2018

VISITANDO LA CIUDAD DE OVIEDO








“La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles, que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina, revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles...()...Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana del coro, que retumbaba en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica.”

La Regenta, Leopoldo Alas, Clarín.


Oviedo es Vetusta, nombre ficticio de la ciudad española donde se desarrolla la trama de la novela La Regenta (1884), de Leopoldo Alas (Clarín). 

Si Clarín levantara la cabeza y pudiera contemplar cómo ha cambiado aquella ciudad provinciana, clerical y cerrada, tras su sorpresa, posiblemente cambiaría de adjetivos calificativos y, como yo, le regalaría otros: Hermosa, reposada, noble, serena, cultural, bella, limpia, agradable… Y es que nada queda de aquella ciudad de viviendas viejas y negruzcas que describió en el XIX.

Nuestra relación con la capital del Principado empezó una mañana de viernes bajo un cielo gris. Teníamos tres días para descubrirla, así que dirigimos nuestros pasos hacia el casco antiguo.

Caminando, descubrimos que es de las ciudades que nos gustan porque todo su casco antiguo es peatonal y eso hace que iglesias, calles, plazas y palacios brillen mucho más. Está pensada para los viajeros que les gusta callejear buscando los rincones más hermosos, sin prisa ni el fastidio de los coches.


Estatua en homenaje a la Regenta



¿Qué nos dice su pasado histórico?

Los cascos antiguos, cuando contemplamos los edificios más añejos, siempre nos llevan a un viaje en el tiempo y a un pasado histórico. Estos rincones de Oviedo nos remontan a sus orígenes en el siglo VIII, a su recinto amurallado, a la ciudad medieval y al paso de peregrinos que venían de Francia para hacer el Camino de Santiago. 

 La Catedral de San Salvador




¿Qué ver en el casco antiguo?

Entramos en el casco antiguo y lo primero que contemplamos es la impresionante torre gótica de La Catedral que preside la plaza de Alfonso II el Casto. Cerca se encuentran otras cuatro torres que fuimos descubriendo en un recorrido circular por este hermoso barrio.

Son calles peatonales y empedradas que concentran la esencia de esta ciudad también salpicada de encantadoras plazoletas y estatuas urbanas. Hay tantas estatuas urbanas que hacen de Oviedo un ecléctico museo al aire libre que merece un relato aparte.
jubiletainquieta.blogspot.com/2018/11/oviedo-en-busca-de-las-estatuas-por-la.html


Primera parada en La Catedral de San Salvador. Es el centro de Oviedo. Se levanta sobre la basílica construida por orden de Alfonso II, "El Casto". La mayor parte de este templo es del siglo XV. Debido a sus numerosas reconstrucciones a lo largo del tiempo tiene partes con estilos artísticos diferentes, aunque el predominante es el gótico flamígero.
Destaca la Cámara Santa por sus reliquias de gran valor, sus numerosas capillas, la Torre Vieja, el claustro, así como la Sala Capitular y el Retablo del Altar Mayor.

Frente a frente con la fachada de la Catedral luce coqueta una estatua en homenaje a La Regenta, la inmortal obra de Leopoldo Alas Clarín.

Plaza de la Catedral 

La Catedral de San Salvador

Plaza de la Catedral 

La Catedral de San Salvador

La Catedral de San Salvador

La Catedral de San Salvador



La Plaza de la Catedral o de Alfonso II El Casto tiene otros edificios nobles que hacen que todo el conjunto luzca harmonioso. Son: (copiado del folleto turístico) 

La Capilla de La Balesquida (XIII) 

La Casa de los Llanes, edificio barroco (XVIII) a su izquierda. 

El Colegio notarial de Asturias, edificio de corte clásico (XVIII) 

El Palacio de la Rúa o Marqués de Santa Cruz, edificio civil más antiguo de la ciudad (XV) 

El Palacio barroco de Valdecarzana y Heredia, hoy, sede del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (XVII) y 

La Iglesia de San Tirso, separada de la Catedral por la calle Santa Ana y en el ángulo opuesto a la capilla de La Balesquina. Conserva un testero prerrománico del siglo IX 



Junto a la Plaza de la Catedral se encuentra la Plaza Porlier con: 

Castillo-fortaleza mandado construir por Alfonso II el Casto; hoy, edificio de Telefónica 

Palacio de Camposagrado que fue sede de la Audiencia Provincial (XVIII) y es uno de los palacios más bonitos de Asturias. 

Edificio de la Universidad de Oviedo, destinado actualmente a las dependencias administrativas. 

Plaza Porlier



Buscando la Oficina Municipal de Turismo de Oviedo nos adentramos por la calle del Peso donde se pueden ver vestigios de la primitiva muralla medieval. 

Desde allí se da paso a la Plaza de la Constitución. Esta plaza de forma cuadrangular la forman el propio edificio del Ayuntamiento con Oficina de Turismo y la Iglesia de San Isidoro de León (1478-1540), antigua propiedad de los jesuitas y que hubieron de abandonar en 1767 tras su expulsión de España. 


Plaza del Ayuntamiento

Ayuntamiento

Bajo el edificio del Ayuntamiento hay un arco que da paso a la calle Cimadevilla que fue centro comercial, bancario y administrativo de la ciudad antigua, situación que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX. 

Por un callejón que se abre a la derecha se pasa a la Plaza de Trascorrales, cuyo nombre da idea de su inicial situación detrás de los corrales de las casas circundantes. Es una plaza pequeña donde sorprende encontrar un edificio de planta ovalada y que ocupa gran parte del recinto. Fue hasta no hace muchas fechas la plaza del Pescado y hoy es centro cultural municipal.
Plaza de Trascorrales




Descendiendo luego por la Calle Fiero se encuentra la Plaza del Fontán, lugar ideal para hacer un alto y almorzar tranquilamente. 

La Plaza del Fontán 

Quiero dedicarle un punto y aparte a esta plaza porque me parece merecedora de muchos adjetivos y todos buenos 
Es una plaza porticada, de forma rectangular cuyo nombre viene de la fuente-manantial o fontán que llenaba la primitiva laguna que se ubicaba en esa zona. Allí acudían los campesinos a vender sus productos y fue durante mucho tiempo uno de los mercados más antiguos de Asturias. Tiene un encanto especial; no sé si son los balcones con flores, las terrazas en el patio interior, o el ambientazo que hay, sobre todo cuando hace buen tiempo. 
Es punto neurálgico de la ciudad, allí se encuentran restaurantes y sidrerías donde se pueden degustar platos tradicionales de la cocina asturiana. Dicen que no es el mejor sitio para comer, pero sí para tomar unas sidrinas. Nosotros allí descansamos. 

Para comer, pedimos fabada y cachopo con patatines (dos filetes de ternera rellenos de queso y jamón rebozados). Es aconsejable compartir platos porque las raciones son muy completas. Los menús suelen rondar los doce euros por comensal. 
Plaza del Fontán



Plaza del Fontán



Sin darnos cuenta apareció la estructura metálica del Mercado del Fontán, otro de esos lugares encantadores y fotogénicos de Oviedo. En su interior carritos de la compra circulan tranquilos entre paradas de productos gastronómicos; quesos, pescados, carnes, fabes…Probamos unas casadiellas, deliciosas empanadillas dulces, rellenas de nueces, azúcar y anís.

Mercado del Fontán

Buscando una buena perspectiva de la Catedral y su torre para fotografiarla, nos acercamos a la calle Mon que está muy cerca. Allí descubrimos la Plaza del Paraguas, llamada así por la forma del cobertizo que se levanta en su centro y que cobijaba a las vendedoras del mercado de la leche de primera mitad del siglo pasado.


Plaza del Paraguas


Muy cerca, calle San José, donde se encuentra el límite del casco antiguo y lugar donde se abría otra puerta de la muralla. 



La ruta termina porque el día no da más de si y nos dirigimos a un lugar cercano donde se encuentra el Bulevar de la sidra, la famosa calle Gascona. 


Es una de los lugares de mayor tradición de la capital del Principado. Fue posada de gascones llegados desde Francia que escogieron esta calle y otras cercanas para vivir y comerciar. Cualquiera de los establecimientos que elijas son buenos para comer, cenar o ir de tapas, siempre acompañados de unas “sidrinas”. 

Nunca nos cansaremos del ritual del escanciado de la sidra que se hace antes de beberse el culín pertinente de un solo trago. En esta zona siempre se puede reponer fuerzas. 





¿Un paseo por la parte nueva de la ciudad?


Si los edificios antiguos nos cautivaron también nos dejaremos seducir por las construcciones de la parte nueva de Oviedo. Nos dirigimos a la calle Uría en pleno centro comercial. Esta calle y sus adyacentes, peatonales en su totalidad, está repleto de comercios elegantes de buenas marcas que también resultan atractivos para muchos viajeros. 


Plaza de la Escandalera


El final de esta calle conecta con la Plaza de la Escandalera, núcleo central de la vida cultural ovetense. 

Estatua de la Maternidad en la Plaza de la Escandalera

El edificio que se alza majestuoso es el Teatro Campoamor. Allí es donde se celebra el famoso Festival de Ópera de Oviedo y también es el escenario de la entrega de los premios Princesa de Asturias. 

Teatro Campoamor

Otra estatua de la Maternidad en la Plaza de la Escandalera



¿Qué tal un desayuno con encanto?


Había que empezar el segundo día en esta ciudad tomando el desayuno en un lugar emblemático: la terraza de la cafetería en el Patio de la Reina del Hotel Reconquista. Este hotel está situado en el Antiguo Hospicio de Oviedo y es un monumento histórico artístico que con la llegada de los Premios Princesa de Asturias se convirtió en uno de los epicentros de la ciudad. 


Ya he dicho que una de las cosas que te llamará más la atención cuando visites Oviedo es la cantidad de estatuas, y es en este centro donde están las más solicitadas para hacerse selfies con ellas. Quizá la más famosa es la de Woody Allen en la calle Milicias Nacionales o mi querida Mafalda en el Parque San Francisco. 

Allí nos dirigimos reanudando la ruta, hacia el Campo San Francisco, el Central Park de Oviedo. Está situado en pleno centro, es un lugar tranquilo lleno de chopos, arces, tilos y, cómo no, estatuas. Allí, sentadita en un banco cerca de un estanque os espera Mafalda para haceros la foto. 

Campo San Francisco

Campo San Francisco

Jubileta con Mafalda en el Campo San Francisco




¿Descansando en la Ruta de los Vinos?

Después de tanto callejear llegó el momento de hacer un alto en el camino y visitar la Ruta de los Vinos que teníamos cercana. 

La Asociación de la Ruta de los Vinos creada en 2007 por los hosteleros de la zona, está constantemente creando eventos que hacen de esta zona punto de visita obligada de viajeros y de los propios ovetenses. 

Esta ruta abarca veinte establecimientos con pequeñas terrazas que la convierten en una opción válida para todo el año. Goza de muy buen ambiente cualquier día de la semana, en especial a última hora de la tarde. El protagonista es el vino, pero siempre acompañado de tapas. 



Sin salir del municipio, merece la pena subir al alto del Naranco y disfrutar de una bella panorámica de la ciudad; nosotros recomendamos el coche o el autobús. Sea cual sea el medio elegido, en el ascenso nos detendremos para visitar los dos monumentos prerrománicos que encontraremos, unas joyitas del prerrománico asturiano que merece un relato especial.
https://jubiletainquieta.blogspot.com/2018/11/oviedo-ciudad-del-arte-prerromanico.html


                                                 Calle Uría



Digo ¡adiós, orbayu! (esa lluvia fina que en algunos momentos nos acompañó en nuestro callejear y nos empapó de arriba abajo)  ¡ Adiós, tierrina !


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