diumenge, 13 d’octubre del 2019

UNCASTILLO, PUEBLO MEDIEVAL DE ZARAGOZA



Uncastillo, una pequeña villa en la que apenas setecientos vecinos llenan su padrón, fue plaza fuerte de los antiguos reinos de Navarra, Castilla y Aragón. Tan rica historia quedó tallada en los aleros y fachadas de un precioso conjunto de casas que festonean la ladera de un cerro, la peña Ayllón.
Tan escondida está esta villa, que para llegar a ella es casi obligado atravesar casi toda la comarca de Las Cinco Villas zaragozana.






La comarca de Las Cinco Villas


Tauste, Sádaba, Uncastillo, Ejea de los Caballeros y Sos del Rey Católico, cinco pueblos para una comarca que está enmarcada por el río Gállego por el norte y las Bárdenas Reales navarras por el sur. Fueron cinco, pero actualmente ya son algunos más que surgieron al entorno de hectáreas de regadío que se riegan con el Canal de las Bárdenas. La carretera principal que arranca de Alagón, a unos 25 kilómetros al este de Zaragoza por la autovía de Logroño, recorre esta comarca de sur a norte.
Dicen que los romanos cultivaron aquí gran parte del grano que se consumía en Hispania. Los hombres de la Edad Media construyeron hermosos templos románicos y el rey aragonés Alfonso I (1105), convocó cortes en Ejea de los Caballeros y concedió fueros. Imaginaros cómo pasó la historia por estas tierras y algunas villas son muy famosas por este pasado histórico.

Es el caso de Sos, que vio nacer al rey Fernando II de Aragón, más conocido como El Católico. Esta localidad ejerció de capital de la comarca durante siglos. Hoy es Ejea de los Caballeros la localidad que ejerce esta función, siendo, además, el municipio de mayor demografía de la comarca.Una de la señas de identidad de esta comarca es el arte románico que está presente en numerosas iglesias; y las hermosas juderías que dejaron rastros del pasado sefardí medieval.
Todas estas huellas históricas unidas a las tradiciones, artesanía y buena gastronomía hacen que sea destino para una escapada de dos o tres días.
Y para descansar de la ruta, casas rurales, albergues y hoteles con encanto.






Uncastillo, piedra sobre piedra


A mitad de camino entre Ejea de los Caballeros y Sos del Rey Católico, la villa de Uncastillo surge de repente tendida en la falda del pelado cerro. Enseguida uno se da cuenta que es uno de esos lugares que nunca descubren los secretos a la primera vez que se visita.
Me fijé en los colores de las piedras que según la luz cambían de ocres a grises, la uniformidad de todas sus casas, la estrechez de sus calles … Todo invitaba a perderse por el pueblo, a callejear sin rumbo.
Dejamos nuestra furgo en un terreno adecentado como parking ya que casi todo Uncastillo es peatonal.
A unos 100 m se encuentra la Plaza Santa María y detrás, La Pastora, un hotelito rural con encanto que teníamos reservado. Miguel, el propietario, nos estaba esperando y después de enseñarnos la casa, nos dio, plano en mano, todas las explicaciones posibles de la visita a este conjunto románico del siglo XII.
Siguiendo sus indicaciones nos acercamos a la iglesia de San Martin de Tours desde donde se organizan unas visitas explicativas de la villa (11, 13 y 17 h ). De ese modo nos instruimos sobre lo que íbamos a ver y disfrutariamos más del paseo.




Un paseo por la villa


Comenzamos la visita en la plaza de Santiago frente a la Iglesia de San Martín de Tours con un guía local muy documentado en historia medieval. Actualmente esta iglesia es sede del Centro de Interpretación del Arte Religioso del Prepirineo. Esta área didáctica la visitaríamos al final del recorrido.



Iglesia de San Martín de Tours



Circulando por la calle Mediavilla paramos delante de la hermosa Iglesia de San Andrés, del último tercio del s XVI y de estilo renacentista.


Y llegamos a una de los edificios que más nos gustó: la Colegiata de Santa María la Mayor. Siempre he sentido predilección por los templos de estilo románico porque su sencillez y austeridad invitan al recogimiento.
Santa María la Mayor es románica del s XII, de una sola nave cubierta de bóveda de cañón. Lo que más nos impresionó fue la portada sur, en la que se representan escenas de carácter profano.

Plaza de Santa María


Portada de la Colegiata Santa María la Mayor

Claustro de Santa María la Mayor

Y seguimos hasta la Plaza de la Villa donde se encuentra el Ayuntamiento que está ubicado en un edificio del s XVI, renacentista, con claras influencia italianas lejos de los palacios aragoneses de la época.


Casa Consistorial, del siglo XVI, renacentista



Detalle del frontal del Ayuntamiento


Muy cerca está la Plaza del Mercado donde descubrimos, en una esquina, la Lonja Medieval, construida en 1283 como hospital.. Muy cerca otra Iglesia, la de San Miguel, También románica del XII.







Alrededor de ésta, una madeja de callejas envuelven la vieja judería. Expulsados los judíos en el verano de 1492, el lugar fue rebautizado como Barrionuevo.
De las juderías que se pueden visitar en Aragón, ésta se ha posicionado como la más completa.
Recorriendo este barrio se ve la parte exterior de las casas, los portales con cruces esgrafiadas en la jamba derecha de la puerta con las que señalaban sus casas los judíos conversos. Se puede visitar también la antigua sinagoga recuperada hace unos años. Muy cerca está el Puente de los Judíos y el cementerio judío.




Para terminar la visita visitamos el Centro de Interpretación del Arte Religioso del Prepirineo. Está en una nave donde se ofrece un espectáculo de luz y sonido, y una exposición que le va muy bien a la atmósfera mística que sale de la penumbra del templo.
En una pantalla oculta los visitantes pudimos ver un documental donde se explica la vida de los canteros que levantaron las iglesias de esta zona.






Subimos al Castillo

Lo que se dice subir, subir … Jubileta no subió ! Pero Joseph sí llegó hasta lo más alto del pueblo, la peña Ayllón,donde quedan los restos del Castillo que en otros tiempos dominaba esta villa. Allí se diferencian dos recintos: la Torre del Homenaje y el Palacio de Pedro IV, del s XIV, y es un ejemplo único en Aragón de arquitectura gótica palaciega.
La Torre del Homenaje cobija el Museo de la Torre situado en dos plantas donde se puede ver un audiovisual y diferentes exposiciones de la historia de la villa.
Encima una terraza, el lugar más elevado de Uncastillo, donde se ve todo el entramado urbano de la villa y su entorno natural.
Desde allí arriba se contempla una monumental panorámica. Joseph estuvo en el techo de Uncastillo.
Además de construcciones religiosas y de defensa, la villa reúne también un buen número de casonas pertenecientes a antiguas familias de nobles.








La Posada de Uncastillo merece un 10

Descansamos en un hotelito rural llamado “La Pastora de Uncastillo”.
La Pastora de Uncastillo está en el casco antiguo, dentro del conjunto monumental, en una de las antiguas casas conservadas del siglo XVIII. Ya por fuera, nos encantó; eso sin obviar el cálido ambiente y el amable trato de Miguel, su propietario.
Miguel nos dio la bienvenida como si fuéramos familiares, nos enseñó la casa y nos animó a descubrir todos los rincones del pueblo.
Todo el hotelito combina en su decoración elementos tradicionales de madera y piedra con otros de diseño moderno. Tiene un salón para reunirse con amigos, hermoso, práctico y acogedor de verdad.
La coqueta habitación que ocupamos estaba decorada con mucho gusto, así como el resto de la casa. Dormimos de un tirón hasta que nos despertó el sonido de las campanas. Ya no entro en detalles de buena ducha, cama cómoda y limpieza, todo genial. Me llamó la atención toda la lencería de gran calidad.
El desayuno nos deleitó el paladar y nos llenó el estómago.





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