dilluns, 13 de desembre del 2021

LAS CIUDADES DE VALONIA: MONS

 



Había leido que la pequeña ciudad de Mons había sido designada oficialmente capital cultural de Valonia en 2002 y también que fue elegida Capital Europea de la Cultura en 2015 porque desde hacía muchos años se organizaban muchos eventos culturales.

Es una ciudad universitaria y eso se nota porque hay muchos estudiantes moviéndose de aquí para allá.

Nada más aparcar el coche en el casco histórico, ya noté que no es una ciudad preparada para el turismo, eso lo intuimos los viajeros por muchos detalles que observamos. Luego en la oficina de turismo tuve la oportunidad de tener una larga charla con una de las guías que hablaba castellano.

Admitió que Mons no ha sido un lugar incluido en rutas turísticas, ni lugar de ocio para visitantes, pero desde el 2015, que fue elegida Capital Europea de la Cultura, se pusieron las pilas para, sobretodo, albergar un turismo cultural.

Esto incluía la reforma de los monumentos que tiene.




Un poco de historia


Esta ciudad tiene mucha historia y ha sido siempre un punto conflictivo porque ha sido ocupada de forma repetida en guerras desde los últimos quinientos años. El tercer Duque de Alba se hizo con el control de Mons en 1572 durante la Guerra de los Ochenta Años y en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, Mons sería el precio a pagar por el ejército británico en su primer enfrentamiento (y derrota) contra los alemanes. El cuartel general de la OTAN fue trasladado a Mons en 1967 desde Fontainebleau (Francia) después de la retirada de Francia de la estructura militar de la Alianza.(Viquipèdia)





Lugares que visitamos


La Grand Place


Subimos por la cuesta de la Rue de la Grand Triperie y seguimos por la Rue de Nimy que se abre a la Grand Place.

La Grand Place es el centro de la ciudad y está rodeada de preciosos edificios de diferentes épocas.

El edificio del Ayuntamiento destaca sobre todos ellos. Está situado en medio de esta plaza. Construido en 1479, sufrió numerosas modificaciones hasta el siglo pasado. Actualmente aún está en obras porque están incluyendo un segundo piso.

Entre la primera y segunda ventana, a la izquierda del porche, hay una pequeña figura de un mono en cuclillas, hecho de hierro esculpido a martillo. Se llama "La Singe du Grand Garde".

"La Singe du Grand Garde".



La leyenda popular asegura que acariciar su cabeza con la mano izquierda trae buena suerte. Entenderéis que una foto era imprescindible. No tuvimos suerte, con las obras en la fachada, lo tienen guardado.

Este mono seguro que ha visto desfiles, cabezas coronadas, actores premiados, políticos apurados, estudiantes estresados, niños divertidos.

Tampoco pudimos acceder a un jardín que está entrando en el Ayuntamiento. Nos dijeron que era un remanso de paz en medio de la ciudad.


Ayuntamiento  (la foto no es mía)


Toda la plaza está rodeada de fachadas de edificios de otras épocas: Hotel du Miroir y el Restaurante Palma d'Oro, de estilo gótico, que es uno de los edificios más antiguos de la plaza.




Barriendo de derecha a izquierda seguimos viendo otras joyas de la arquitectura de Mons están: el teatro de Mons (1841), cuyo techo histórico acaba de ser colocado.






El Beffoi


Seguimos callejeando por cuestas de calles adoquinadas con bonitas esquinas que se abren a espacios abiertos. Y llegamos a un auténtico símbolo de la ciudad, El Beffroi o Campanario barroco de 82 metros de altura que se alza en un viejo parque de un castillo que ya no existe. Su torre queda a la vista tanto a norte, este u oeste, sin importar desde que punto de la ciudad se mire.

Popularmente es conocido como Catiau.






Actualmente se puede subir con un moderno ascensor para contemplar una panorámica de Mons inolvidable.

Justo por debajo del Beffroi, está la Colegiata de Santa Waudru, otro de los grandes edificios que hay que ver.

Regresando por Rue de Nimy nos acercamos hasta la Iglesia de Sant Elisabet. Y casi enfrente se localiza la Maison Losseau, una auténtica joya del Art Noveau.

la Colegiata de Santa Waudru (la foto no es mía)



Visitamos Mons el 11 de noviembre, día festivo en Bélgica. Se celebra el Día del Armisticio, final de la I Guerra Mundial y es en honor a todos los civiles y militares fallecidos durante la guerra.

La Gran Place estaba ocupada por paraditas de comida, atracciones de feria, juegos infantiles y luces de Navidad incorporadas.



Muy cercana a este lugar vimos una pared pintada por un artista callejero; es un inicio de dar vida a las viejas paredes que hay muchas en el casco antiguo.





El día era gris y estábamos rodeados de gente deseosa de diversión que llenaba todo el casco antiguo; es por eso que tenemos pocas fotos y no pudimos llevarnos buenas imágenes.

(Toda la información la encontraréis en  Tourisme Valonia)



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