dimecres, 8 de novembre del 2023

LOS PUEBLOS DEL RÍO ARA EN EL PIRINEO OSCENSE

 



Las montañas del Pirineo siempre me han provocado una especial atracción. Mi rincón favorito es el Valle de Bujaruelo en el Pirineo oscense. Es un territorio que me transporta a la juventud y a tiempos en los que he tenido la suerte de poder visitarlo siempre con Joseph, con mis hijos y también disfrutarlo con amigos.


Volver al Pirineo es uno de los placeres hermosos que nos regala la vida. Esta vez sería en tiempo de madurez y de calma relajada.

Daniel, mi hijo mayor, cuando supo que íbamos de nuevo por estas tierras, nos dijo: “Subid a Bujaruelo a ver si aún están las seiscientas vacas pastando entre los picos nevados”, “Y los pies descalzos, ponedlos en el agua fría del Ara, a ver quién aguanta más tiempo, papá o mamá”, “Por qué no os alojáis en el camping Valle del Bujaruelo?”…
Y fuimos al Bujaruelo, pero no vimos las seiscientas vacas, ni picos nevados, ni contamos el tiempo que aguantábamos con los pies descalzos dentro del agua… Otros tiempos, otras edades, otras circunstancias.




QUÉ ENCONTRARÉIS AQUÍ


1. El Río Ara y los pueblos que baña

        1.1. El Valle del Bujaruelo (Ruta circular sencilla)

        1.2. Torla

        1.3. Broto y Oto

        1.4. Fiscal

        1.5. Jánovas

        1.6. Boltaña

        1.7. Ainsa






EL RÍO ARA Y LOS PUEBLOS QUE BAÑA


Ara es el último río virgen del Pirineo, tiene 64,5 km de longitud y nace al pie del macizo del Vignemale. Discurre por las regiones ecológicas de alta montaña y montaña húmeda, y desemboca en el río Cinca en Aínsa.

También saber que el río Ara excavó este Valle y, a su vez, en el mismo, confluyen otros valles más pequeños, uno de ellos es el Otal que ofrece caminatas tranquilas a los senderistas que descansan de otras rutas más ambiciosas.

El Bujaruelo es el hermano pequeño del visitado, popular y conocido valle de Ordesa.






EL VALLE DEL BUJARUELO


Subimos en coche un mediodía caluroso.

Antes que nada decir que Bujaruelo significa “lugar de bojes”,

Los bojes son arbustos de madera muy dura que abundan por todo el valle acompañando a árboles como las hayas, los pinos silvestres, los tejos y los serbales. De la madera de boj se hacen bastones y cucharas porque es muy fuerte.

Adentramos el coche por un camino muy bonito que discurre paralelo al río desde poco antes del Puente de Los Navarros a la Pradera de San Nicolás de Bujaruelo.


El Puente de Los Navarros señala la entrada al Valle. Allí el río tiene un aspecto bravo en las pozas y en los rápidos que hay.





Tras pasar el camping (3.5 Km desde la bifurcación en Puente de los Navarros), la pista todavía continúa 3 Km más hasta el Refugio de Bujaruelo donde existe aparcamiento público, y puedes estacionar sin problema.




Junto a esta verde Pradera de San Nicolás una ermita románica se hunde en ruinas.

Había que poner a prueba esas piernas de Jubileta. Escogimos una ruta muy sencilla, de las que se pueden hacer en familia, con grandes, pequeños y cuadrillas de amigos donde haya alguno que no esté en plenitud física.



Esta ruta es circular, no llega a los 4 kilómetros de recorrido y su dificultad es baja.

Este valle siempre fue zona de paso para pastores, peregrinos o contrabandistas. Y por ello hay varios elementos interesantes al comienzo de la ruta. El primero son los restos de la ermita románica de San Nicolás. Y junto a ella se eleva el emblemático Puente de San Nicolás de Bujaruelo sobre el río Ara. ¡Una maravilla medieval del siglo XIII!


Puente románico de San Nicolás  (La imagen de Google)


Remontamos el cauce del río y fuimos ascendiendo por una senda muy suave acompañados del Ara que fluye con un color azul precioso.


El río Ara que siempre viste de un color azul precioso.


Se llega a un pequeño barranco salvable gracias a una pasarela metálica y con la ayuda de las manos de Joseph, pude cruzarlo. Es la Pasarela de Sandaruelo, un arroyo que aporta agua.



Atravesamos una pradera donde habían animales paciendo y otro puente de hormigón (creo que le llaman de Oncins).

En este punto se puede cambiar de orilla y comenzar la vuelta por la ribera contraria del río. Regresamos a la base del Puente románico de San Nicolás.

¿Quién aguantó más, papá o mamá? Los dos llegamos muy cansados.






Desde el refugio de Bujaruelo parten otras rutas de senderismo y montañismo de distintos niveles de dificultad, incluso algunas de varios días, como la que atraviesa la Brecha de Rolando para cruzar a Gavarnie en Francia. Otras rutas menores se pueden seguir, como el valle de Ordiso y el valle de Otal.





TORLA


Cuando se llega a Torla uno siempre se pregunta por qué en todo el pueblo domina ese color gris, melancólico y oscuro. La respuesta se encuentra al levantar la vista y contemplar las montañas rocosas, de color pardo, que se elevan frente al pueblo. 
Precisamente de esa roca los hombres del Sobrarbe arrancaron las piedras para construir ese pueblo que rezuma medioevo en plazas, calles, en su Iglesia Abadía de San Salvador y en los restos del Castillo-Fortaleza (siglo XVI) que aguanta una torre de campanas.

La historia de Torla ha quedado muy marcada por su condición fronteriza, de cañada de paso de ganado y por los numerosos conflictos que enfrentaban a Torla con los valles vecinos.




Nos acercamos al puente de la Glera sobre el río Ara, medieval también, pero muy reformado. Uno se imagina los rebaños de ganado cruzándolo para buscar los pastos de Ordesa y los campos de Diazas.

Desde su grandísimo parking en el valle justo al lado del río Ara, se pueden coger los autobuses que llevan a las entrañas del Parque Nacional de Ordesa, si es que se quiere ese destino.



Río Ara en su curso medio pasando por Broto


BROTO


Estuvimos dudando si dedicar mucho o poco tiempo en visitar Broto que es la capital del valle, pero es el centro económico y comercial más importante de la zona, y también merecía una visita.

Encontramos calles, casas y casonas, el río, la montaña y los prados verdes. Todo junto hacen de Broto un bonito lugar, perfecto para desconectar de la gran ciudad y conectar con la naturaleza. En lo alto la Iglesia de San Pedro y una casa dicha Del Valle donde se impartía justicia antiguamente y que se utilizó como cárcel. Y poco más.

Casa dicha Del Valle donde se impartía justicia antiguamente 

 Casa dicha Del Valle 

La Iglesia de San Pedro


Pero uno de los reclamos turísticos de este pueblo es la Cascada del Sorrosal. Desde el pueblo, en unos 5 minutos se llega a este salto. Es una cascada de varias decenas de metros que impresiona. El agua cae con fuerza haciendo bastante ruido y empapándote si te acercas mucho.

Camino de la Cascada del Sorrosal

La Cascada del Sorrosal

La Cascada del Sorrosal

Puente que cruza el Barranco del Sorrosal


Para acceder a ella hay que tomar la última calle a la derecha antes de llegar al puente que cruza el Barranco del Sorrosal. Allí hay una señal que indica el comienzo de la ruta.


OTO

Pequeña localidad de Oto


A 1 km de Broto, desviándonos un poco de la carretera, próxima a un puente de piedra de un solo ojo, se accede a la pequeña localidad de Oto. Sus casas conservan mejor la fisonomía tradicional no tan reformadas, con chimeneas troncocónicas, muy fotogénicas. Hay una atractiva iglesia dedicada a San Saturnino, una señorial casa Don Jorge y su torre defensiva.



FISCAL

Retomando el camino del Ara espera Fiscal.

Fiscal es un pequeño pueblo atravesado por nuestro fiel compañero de viaje, el río Ara, y está ubicado en un hermoso entorno. Aparentemente puede que no se vea nada especial, pero nosotros le dedicamos un tiempo buscando rincones que nos pudieran emocionar.

Campanar de la  Iglesia parroquial del pueblo

Escudos de infanzones en el dintel de las casas



Dimos un paseo y volvimos a tener la sensación de regresar al pasado, sobre todo viendo esas casas que muestran elementos tradicionales con escudos de infanzones.

"Los infanzones eran nobles ricos, caballeros o hidalgos que estaban exentos del pago de impuestos ordinarios"
Escudos de infanzones.

Escudos de infanzones.


Justo detrás de la Iglesia parroquial del pueblo, se esconde quizás el rincón más hermoso de Fiscal. Se trata del Pórtico de Jánovas, de estilo románico.

Pórtico de Jánovas



Es la antigua portada del pueblo cercano de Jánovas, que estaba previsto que se inundara por la construcción de un embalse en la zona.

Por ello, ese pórtico se trasladó a Fiscal y desde entonces es uno de los puntos de interés de este pueblo de Huesca.


De nuevo, en el aire, el grito de los vecinos, más fuerte que nunca en medio del silencio: “Jánovas no rebla, Jánovas no muere”

Jánovas no rebla, Jánovas no muere




JÁNOVAS


Desde Fiscal se desciende hasta Jánovas, un pueblo que había de dar nombre a un embalse que nunca se construyó.

Actualmente quedan casas derruidas y otras que se están reconstruyendo. Una ola verde de hiedra lo inunda todo. En el aire, el grito de los vecinos, más sonoro que nunca en medio del silencio. “Jánovas no rebla”, Jánovas no muere”





Para visitarlo:

Desde la N-260. Por una pista se puede descender al río. Se atraviesa un puente colgante del año 1.881 y ya se ven las ruinas de Jánovas presididas por su iglesia. Actualmente se encuentra en obras, así que este tramo (dejando el coche al inicio de la pista) habrá que realizarlo a pie. Son unos 15 minutos andando.

Os dejamos enlace a un artículo muy bueno sobre la historia del pueblo. Los lugareños y sus familias hijos no han querido que se olvide y están luchando contra las compañías eléctricas y rehabilitando el pueblo para que pueda volver la gente a sus casas.

Ojalá sus vecinos logren su propósito y consigan devolver a Jánovas su esplendor.




BOLTAÑA


Los romanos llamaron Boletania a este territorio, aunque el origen de este lugar está en su castillo. Después de la reconquista cristiana Boltaña empezó a desarrollarse hasta convertirse en lo que es en la actualidad.

Colegiata de San Pedro Apóstol





Boltaña no es una población muy monumental, pero cuenta con algunos exponentes arquitectónicos que hay que conocer.

Podemos empezar por hablar de su Castillo, del siglo XI, que se encuentra en lo alto de un cerro, al norte del pueblo y que fue una de las primeras construcciones del Reino de Aragón.

Actualmente quedan unas ruinas que se pueden visitar si subes por un sendero de corto trayecto. El premio a la subidita son unas bonitas vistas y la fotografía correspondiente.


Como siempre, nuestro interés está en los cascos históricos. Este de Boltaña dicen que es el más grande de todo el Pirineo Aragonés. Todo el entramado de callejuelas que se remontan a los siglos XV, XVI y XVII forman como una tela de araña que se retuerce abriéndose a plazoletas y callejones.

Así que caminamos, paseamos y recorrimos cada metro respirando ese ambiente pirenaico en cada rincón.

La piscina natural de la Gorga en el río Ara

La piscina natural de la Gorga en el río Ara

La piscina natural de la Gorga en el río Ara


La visita quedaría incompleta si no se pasa por la recuperada “Noria de Agua”, que delante de la Gorga de Boltaña luce feliz regalando sus aguas a los campos cercanos.

La piscina natural de la Gorga es un lugar de aguas tranquilas, donde se puede disfrutar de un refrescante baño. El paso del río Ara ha moldeado de forma natural esta poza conocida como La Gorga. Sin duda, la poza tiene una de las aguas más cristalinas y puras de toda la geografía española.



En la entrada de Boltaña hay un enorme aparcamiento, está en la zona baja, y se tiene que andar unos cinco minutos hasta el centro. Pero si buscáis por la parte alta posiblemente encontréis algún huequecito, pero en nuestra opinión es mejor no complicarse y dejarlo ahí nada más llegar.



AINSA


Ainsa, cuyo nombre autóctono es L’Aínsa, nombre de origen árabe porque según parece, “insa” quiere decir “fuente”, pero de fuente yo no vi ninguna.

El pueblo de Aínsa forma parte del municipio Aínsa-Sobrarbe, un gran núcleo formado por 22 pueblos y de ellos Aínsa sería el principal, el de mayor tamaño con sus 2312 habitantes.

Como siempre nos sucede con estos pueblos que conservan aún intacto su aire medieval dimos un agradable recorrido buscando plazas, iglesias, castillo y rincones sorprendentes.


Entrada a la Fortaleza o Castillo


Desde lo alto de Ainsa entrada al parking y a la Fortaleza



La primera visita fue a la Fortaleza o Castillo, más que nada porque el aparcamiento para viajeros se encuentra en la zona alta del pueblo y justo al lado del Castillo, o sea, se tiene que pasar por allí para visitar el pueblo.


Este Castillo data de los siglos XI y tuvo modificaciones hasta el XVII. La torre que destaca se la conoce con el nombre de Torre del Teniente.

En esta torre del homenaje se ubica el EcoMuseo de la fauna y el Geoparque.

Torre del Teniente donde se ubica el EcoMuseo y el Geoparque

Torre del Teniente


Desde el Patio de Armas, en los laterales, hay escaleras por las que se puede subir a lo alto de la muralla y disfrutar de unas bonitas vistas.

Otro detalle a tener en cuenta es la puerta que conduce hasta la Plaza Mayor.



La Plaza Mayor o de los Arcos, blanca de piedra y de sol, rodeada de arcadas bajas, es uno de los lugares más atractivos. Todavía conserva restos de la primera muralla, el Portal alto, que da a la calle Mayor.

Allí se encuentran también algunos restaurantes y tiendas. También el edificio del Ayuntamiento.

La Plaza Mayor


Bajo los soportales hay dos prensas comunales de vino que utilizaban los vecinos del pueblo que no tenían la suya particular para sacar el mosto de las uvas de su cosecha.

La torre del templo


Portada del templo de Santa María


Después entramos en el templo que fue construido en el siglo XII, dedicado a Santa María. El Claustro que se encuentra bajando unos peldaños de piedra, es oscuro, triste y da un poco de miedo.

No podéis marcharos sin visitar la torre de este templo porque se tienen vistas de todo el pueblo.

Durante el recorrido veremos algún tramo de la muralla defensiva y de las puertas de acceso con las que contaba el casco histórico. Son cinco puertas que puedes visitar. Todas ellas tienen forma de arco y están bien conservadas: Portal del Callizo, Portal de Afuera, Portal de Tierra Glera, Portal Alto y Portal de Abajo.



Puerta de acceso de la muralla


Lo más estimulante fue el paseo por las calles empedradas y ver algunas casas con la puerta abierta donde se veían garranchas, de las que colgaban ristras de ajos, de mazorcas, de pimientos secos y otros frutos. Muchas puertas tienen gateras y los balcones barandillas de madera.




El curso del río Ara pone su punto final en Ainsa y nosotros también ponemos fin a esta ruta por los pueblos que baña.

Río Ara desaguando en el río Cinca



Creemos que Ara es feliz porque ha podido disfrutar plenamente de su vida y continuar más allá desaguando en el río Cinca. En Ainsa sus aguas se juntan y prosiguen hermanadas hasta el embalse de Mediano que es uno de los mayores de Aragón.



Todos los artículos los escribo después de haber vivido la experiencia en primera persona. Las fotos son todas de Joseph, salvo que se indique lo contrario, no están retocadas ni llevan filtros porque no sabemos mucho. Perdonad.

En mis relatos explico lo que he sentido en aquellos momentos, a veces pongo datos prácticos y también los enlazo a otros lugares por si se quiere ampliar información. No hago guías de viaje si no un relato de mis apuntes de la libreta viajera que siempre llevo conmigo.

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