El
sol se pone sobre Nyhavn, el canal más famoso de Copenhague.
Habíamos llegado a tiempo para disfrutar de ese momento, ésta es la
hora que mejor le sienta a este viejo puerto.
Tenía
delante mío la imagen más bella de esta ciudad que el último mes
había servido de salva-pantallas en mi ordenador. Siempre coloco una
imagen del lugar que tenemos previsto visitar como anticipo de las
cosas hermosas que veríamos en nuestras escapadas.
Imágenes
de postal, fachadas de colores y viejos veleros de madera atrapados
por un puente sin salida al mar, pueblan esta histórica vía del
centro de la capital y la dotan de una atmósfera muy romántica. Las
cámaras de los viajeros sacan humo.
Construido
en la década de 1670 para conectar el puerto con el centro de la
ciudad, el canal fue un activo puerto comercial y un barrio de
burdeles y tabernas. Actualmente es punto de reunión, paseo obligado
para todos los viajeros que visitan la ciudad porque es especialmente
agradable caminar por este muelle colorista, que parece haber sido
diseñado por un niño, cargado de lápices de colores.
Actualmente
las antiguas casas están ocupadas por comercios de restauración,
cuyas mesas y sillas llenan las calles adoquinadas del puerto
peatonal. Incluso
en los días más fríos la gente se sienta al aire libre con una
cerveza y una manta sobre sus piernas.
Las
viejas tabernas del barrio han sido sustituidas por bares y
restaurantes que sirven “smorrebrod”, el bocadillo más famoso, o
menús más selectos y también más caros.
En
invierno las luces navideñas no dejan que la oscuridad de la
temprana noche danesa se apodere de este siempre concurrido lugar .
Entre
las casitas de productos artesanales navideños asoman los puestos de
vino caliente (“glogg”) y chocolate que dan ánimos a las
piernas cansadas de callejear y suben la temperatura corporal.
Buscamos
las casas números 20, 18 y 67 donde vivió alternativamente el
cuentacuentos danés Hans Christian Andersen. Fue
aquí donde escribió, por ejemplo, el famoso cuento La
Princesa y el Guisante.
Toda la ciudad
recuerda constantemente
este escritor famoso.
Y
para los que gustan de llevar un pequeño recuerdo exclusivo de los
lugares donde visitan, entrad en la tienda enclavada en los bajos del
número 18, todo pura esencia danesa.
De
Nyhavn parten los barcos turísticos que ofrecen una perspectiva de
la ciudad desde el agua. El recorrido que hacen pasa por los canales
de Christianshavn, barrio portuario del siglo XVIII cuyos almacenes
han sido reconvertidos en viviendas y centros culturales.
Seguro
que en vuestro visita a Copenhague cada día acabaréis la jornada en
Nyhavn, paseando sin prisas, sentándoos a tomar algo y degustando
alguna de las especialidades de la cocina danesa.
Las
bicicletas sustituyen el sonido de los motores de los coches; las
mujeres, rubias y esbeltas, completan el reparto de lo que bien
pudiera ser una película recreando un mundo ideal.