La
Catedral de Santa María de Vitoria es una de las catedrales góticas
más originales de Europa por ser hermosa y desconocida. Todos sus
muros están llenos de misterio y eso fue lo que deslumbró al
novelista Ken Follett cuando acudió a la capital vasca a dar una
conferencia en 2002. Observó el decadente deterioro que sufría el
templo y el proyecto de rehabilitación que se había iniciado con
tanta ilusión.
Así
fue como se inspiró para escribir la exitosa novela “Un mundo sin
fin” , continuación de “Los pilares de la tierra”. La ciudad
le dedicó una escultura de bronce de tamaño natural que se puede
ver en la entrada del Centro de Recepción de Visitantes.
Los
precedentes de la actual Catedral están en una iglesia primitiva y
en la muralla de finales del siglo XI. Como
muchas catedrales españolas, lo que más llama la atención es la
progresión de estilos en una sola construcción. Así, mientras los
orígenes se encuentran en esa iglesia
del
siglo XI,
la Catedral fue mandada construir por Alfonso VIII de Castilla en el
siglo XIII. Luego Alfonso
X el Sabio
la
transformó en Catedral gótica en el siglo XIV de cuando data su
pórtico
policromado cuyos
colores hoy se consiguen gracias a un sistema de luces.
De
siglos posteriores son la torre
(1868)
y las sucesivas reformas que se hicieron para que el templo no se
viniese abajo a finales del siglo XX.
Las
obras comenzaron en 1994 a raíz de un plan integral de
reconstrucción y remodelación de la Catedral.
“Abierto
por obras”,
este es el nombre del programa que resume el espíritu de las visitas
guiadas a esas obras de restauración de la Catedral de Santa María.
Este
programa permite conocer las entretelas de su restauración
inventando un modelo turístico que ya ha sido copiado en otros
lugares arqueológicos y atrae la atención internacional gracias a
la difusión conseguida después de visitas de personajes famosos.
Tras
ver un audiovisual y colocarse un casco de seguridad, se inicia el
recorrido a través de plataformas y andamios, que varía en función
del desarrollo de las obras. La
visita arranca en las
criptas
situadas
debajo de su cabecera, llenas todavía de
andamios
y
obreros trabajando.
En
esta zona se aprecian muy bien las intervenciones que se han
realizado en la última década para reformar la maltrecha
estructura
del
edificio. Desde allí se accede a la planta baja de la catedral, de
tres
naves
cubiertas de nervios de estilo gótico tardío y con forma de cruz
latina.
Tras
subir una estrechas escaleras de piedra, el recorrido continúa por
el antiguo camino
de ronda situado
en la zona de la iglesia que formaba parte de la muralla, por el
bello triforio
y
por el coro,
con bonitas vistas del interior del templo.
La
visita concluye en el Pórtico
de Santa María,
cuya restauración ya está finalizada y que en el futuro será la
zona de acceso a una catedral que ha vuelto a la vida gracias a unas
complejas obras que aún se prolongarán durante un largo periodo.
Durante
el recorrido pensaba que un error de los diccionarios es decir que
las piedras son seres inactivos, que no respiran, que no sienten.
Allí, en Santa María, la piedra está viva aunque hayan pasado ocho
siglos de historia .Todos los días pueden vestirse de estreno porque
cada día hay una cosa nueva.
Las
visitas
son limitadas y es mejor hacer una reserva previa.
(catedralvitoria.es)
Los horarios
son
de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00.
Precios
: Adultos, 8.50 Euros ( Mayores de 65, familias numerosas,
parados/as y personas con discapacidad, 5.50 euros)
Para
llegar puedes tomar la línea 15 del autobús
que
recorre el casco antiguo de la ciudad. La estación
Legebiltzarra-Parlamento del tranvía
está cerca a la Catedral.
Un
blog muy interesante para ampliar el tema: