Letonia
es
el sabroso relleno de un bocadillo báltico porque está embutida
entre Estonia al norte y Lituania al sur. Este comentario no recuerdo
bien quien me lo hizo, pero tenía razón.
Todo
el país es un remanso de paz donde se esconden castillos medievales
en ruinas, bonitos paisajes verdes, pueblos pescadores encantadores,
palacios rococós, animadas ciudades de veraneo, hermosos bosques,
lagos, playas … y, en general, está poco explotada
turisticamente. Por el contrario Riga,
su capital, atrae a multitud de europeos todo el año.
Cruzamos
la frontera lituana y entramos en Letonia
por el oeste del país, por la región de Kurzeme, zona rural
tranquila, poco poblada, llena de casas de campo entre fértiles
llanuras.
El
principal reclamo turístico de esta zona son el
Palacio de Rundale,
el
castillo Bauska y el palacio Mezotne. Visitamos elPalacio de Rundale.
RIGA
CAPITAL DE LETONIA
Riga
me
pareció una de las ciudades más hermosas de Europa. Las guías
turísticas dicen que se parece a París y aunque esa afirmación es
un poco exagerada, sí que hay algo en sus calles y en sus plazas que
la recuerda ; quizá la atmósfera a la vez fría y alegre, húmeda y
chispeante, señorial e informal de la capital francesa.
Si
se observa un plano de la ciudad que normalmente es lo primero que
un viajero hace, se ve un casco viejo que está rodeado de agua. Por
un lado el río
Daugava y
por el otro,
el canal Pilsetas que
está bordeado de jardines por donde pasear.
La
fundación de esta ciudad data del 1201, aunque previamente ya hubo
asentamientos porque su río formaba parte de la ruta comercial
vikinga hacia Bizancio. En 1282 la ciudad entró a formar parte de la
Liga Hanseática, lo que le otorgó estabilidad política, económica
y prosperidad a lo largo de los siglos XIII y XV, convirtiéndose en
un gran centro de comercio.
A
mitad del siglo XIX se demolieron las murallas y todo el espacio que
ocupaban se cubrió de avenidas y parques.
¿
Qué visitamos en tres días ?