De vuelta a la estación del
tren-cremallera partimos hacia Sare,
camino de la "muga" (frontera en euskera).
Sare
es un pueblo muy bonito, catalogado como uno de los muchos pueblos
bellos de Francia. Se encuentra al pie de las legendarias montañas
de Axuria y Rhune. Fue un famoso territorio de contrabando
antiguamente; hoy se puede visitar sólo por ver las hermosas casas
de los siglos XVII y XVIII. Es pequeño y se callejea pronto mientras
fotografías muchos rincones, puertas y ventanas con encanto y luego
descansas tomando un café y unas galletas “saritas·.
Después Ainhoa, en muchas guías considerado el pueblo más bonito del Pays Basque Français. Ainhoa es todo como una casa de campo del siglo XIII que se caracteriza por la originalidad de su arquitectura y la belleza de su entorno natural. Fue antiguo relevo para acomodar a los peregrinos en las carreteras hacia Santiago de Compostela,
Otra parada que merece la pena :
Espelette. Famoso
por su pimentón. Me ha recordado a Jaraiz de la Vera en Cáceres.
Espelette es un pueblo lleno de
colores y cercano a las playas de la costa vasca, es un lugar
emblemático de Iparralde.
Su famoso pimiento rojo
probablemente fue introducido en tierras vascas en el siglo XVII por
algunos marineros que regresaban de Sudamérica; ahora disfruta del
“AOC chile Espelette”. Este pimiento es rojo, picante o dulce y
debe secarse de forma natural. Convertido en polvo es un ingrediente
más en la cocina de esta región. Nadie se sorprende al verlo
expuesto en guirnaldas rojas como la sangre en las fachadas de las
casas.
Es en Espelette donde celebran en
octubre unas fiestas muy famosas para celebrar la recogida de este
pimiento.
Lo cierto es que en esta zona
cuesta encontrar un pueblo que no sea hermoso.