dimecres, 22 d’agost del 2018

ÚLTIMA JORNADA EN EL PAYS BASQUE FRANÇAIS. DE VUELTA A CASA POR TIERRAS DEL CAMINO DE SANTIAGO





Remontando el río Nive accedemos a la Baja Navarra, la parte que se escapó a la invasión de los Reyes Católicos y se unió a Francia.
Por Saint Étienne de Baïgorry, se llega a los viñedos de Irouléguy, que trepan por las terrazas de las empinadas laderas, como en el Priorat. Ocupan 240 hectáreas y se dice que fueron plantados por los monjes de Roncesvalles en el siglo XII; es el viñedo de AOC más pequeño de Francia. Esta denominación de Irouléguy se refiere a unas quince comunas alrededor de Saint-Jean-Pied-de-Port.





Saint-Jean-Pied-de-Port, un pueblo precioso, amurallado, de unos 1500 habitantes donde convergen diferentes caminos franceses de Santiago para entrar por Roncesvalles a España.
La calle de la Citadelle sube entre casas de piedra rojiza del XVI y XVII, que la mayoría son albergues de peregrinos que cuelgan sus gastadas botas en la puerta.
Es la capital de la Baja Navarra, entre la costa vasca y la frontera española. Es también la última parada de los peregrinos de Saint-Jacques en el País Vasco antes de cruzar los Pirineos. Mientras paseas por el corazón histórico de la ciudadela y desciendes por la calle mayor puedes admirar las fachadas esculpidas y los dinteles de las casas vascas y la puerta de Saint-Jacques clasificada en el Patrimonio de la Humanidad.



En este trocito de los Pirineos dejamos muchos rincones que ocultan parajes muy bonitos, pero nuestro tiempo se acabó. Hemos visitado dos de las provincias vasco-francesas:
Lapurdi y Baja Navarra. La tercera, Zuberoa, será en otra ocasión.


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