dimecres, 25 de juliol del 2018

BIENVENIDO A LAS REPÚBLICAS BÁLTICAS







Si recuerdo mi época de estudiante, Lituania, Letonia y Estonia formaban parte de la fachada báltica de la antigua Unión Soviética y nos imaginábamos estas tierras como perdidas, lejanas, frías y olvidadas. Los tres países fueron soberanos entre 1918 y 1940, año en que habían sido anexionados por la Unión Soviética tras un período de ocupación alemana entre 1941 y 1945. 



Crecí pensando que estos lugares jamás estarían al alcance de mi vida viajera. Llegó 1991 y estos territorios consiguieron la independencia tras la Revolución Cantada.




Han pasado más de venticinco años, pero las Repúblicas Bálticas son aún un pedazo de Europa desconocido para una mayoría y es una lástima porque sus capitales cuentan con los centros históricos mejor conservados del continente. Pero más allá de la belleza de sus capitales el resto de la región tiene paisajes idílicos bañados por las aguas gélidas del mar Báltico, parques nacionales interiores y pequeñas poblaciones donde parece que el tiempo se ha detenido.








En su etapa dentro de la Unión Soviética se conocía al conjunto de las tres repúblicas como "Pribaltika", término un tanto despectivo en ruso, ya que quiere decir "territorios bálticos". Los habitantes de los tres países preferían el término "Baltiya". 



Al estar situados en una misma zona geográfica puede dar la impresión que son parecidos en idioma, historia, religión, cultura ... y que siempre han tenido el mismo destino. Nada más lejos de la realidad, son completamente diferentes.




Estos países tienen la ventaja que pueden recorrerse fácilmente gracias a su pequeño tamaño, al buen transporte público y a la comodidad de alquilar coche. Cada viajero busca los lugares apetecibles según sus intereses.




Podéis conocer un trocito de estas Repúblicas a través de los apuntes de Jubileta y las imágenes de Joseph, su compañero de viaje durante cuarenta y seis años. Recorrimos durante quince días estos países en busca de gente corriente de otras culturas, monumentos históricos, rincones con encanto, gastronomía diferente …, en fin, todo lo que busca un viajero.



Nuestro viaje comenzó en el aeropuerto de Vilnius y terminó en el de Tallinn. Recorrimos en coche las tres repúblicas dedicando nuestra atención a:



























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