Aprovechando
la escapada de unos días a Oviedo
decidimos acercarnos a la ciudad de Gijón
por aquello que es la capital marítima del Principado, la ciudad de
los parques, de personajes históricos como Don Pelayo o Jovellanos
y porque nos gusta conocer lugares nuevos.
La distancia de 32 kilómetros que
separa las dos ciudades la recorrimos en autobús regular de la
empresa ALSA (4.90 euros, ida y vuelta) porque ofrece la comodidad
de tener la estación en el centro y no has de conducir ni pasar
dificultades para aparcar.
¿ Qué nos dice su pasado
histórico ?
Sus más de 2.500 años de
historia hacen que sea la ciudad más antigua del norte de España.
Contactos entre romanos y astures, población autóctona que ya
habitaba la región, dio lugar a antiguos asentamientos. Encontramos
termas, muralla, aljibes, canalizaciones y una fábrica de salazones;
todo ello de la presencia romana. Su situación costera la convirtió
en lugar de comercio, tanto por vía marítima como por vía
terrestre.
Más tarde, en la Baja Edad Media, quedó toda destruida por culpa de las luchas entre miembros de los
Trastámara.
Y será a partir del siglo XVIII
con Melchor de Jovellanos, personaje vinculado al mundo de la
Ilustración, cuando se pusieron las bases para el crecimiento
industrial y el desarrollo de lo que es la ciudad en la actualidad.
Si
se está interesado en conocer los orígenes de la ciudad se puede
visitar el Parque
Arqueológico
de la Campa Torres muy
cerca de la ciudad.
https://museos.gijon.es/page/4975-parque-arqueologico-natural-de-la-campa-torres
https://museos.gijon.es/page/4975-parque-arqueologico-natural-de-la-campa-torres
¿ Qué ver en una visita
rápida de un día ?
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El puerto deportivo y las playas urbanas
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El barrio de Cimadevilla.
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La plaza Mayor
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Las termas y ruinas romanas
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La escultura de Chillida: “Elogio del horizonte”
Esta
visita viene rodada y es perfecta porque casi todo está concentrado
en torno al barrio
de
Cimadevilla
y
va de camino desde la salida de la estación del bus.
El
primer monumento que te encuentras es la Iglesia
de San José con
sus dos torres y una cúpula; pero lo que te llama más la atención
es el horroroso edificio construido detrás; éste te servirá a la
vuelta para situar la estación de autobús si no recuerdas el
camino.
Iglesia de San José y el edificio horroroso detrás que sirve de referencia para regresar a la estación |
Caminando, enseguida notas ese
olor a mar mezcla de sal y combustible de barco, luego oyes el
graznido de las gaviotas y de los cuervos marinos, el Cantábrico
está cerca.
Un
cartel de GIJÓN
te recibe con las letras abiertas, nunca mejor dicho. A la izquierda
las dársenas del puerto y el puerto deportivo.
El
barrio de Cimadevilla es
un barrio alto situado en una península dentro de la ciudad en cuyos
extremos se encuentra la playa de San Lorenzo y el puerto deportivo.
Fue barrio tradicional de pescadores en el que se edificaron también
residencias señoriales en los siglos XVI y XVII, de las que apenas
quedan huellas.
Plaza del Marqués y estatua de Don Pelayo |
El
primer contacto con este barrio se da en la
plaza del Marqués con
la estatua de Don Pelayo en el centro, que mira hacia la dársena
vieja. Enfrente un hermoso edificio: el
Palacio de Revillagigedo,
del siglo XVIII, muy restaurado, mezcla de elementos góticos,
renacentistas y barrocos. Creo que actualmente es un Centro
Internacional del Arte. No le presté mucha atención porque jarreaba
agua sin parar y el viento se llevaba el paraguas.
La Plaza Mayor |
Se
cruza por debajo de un arco y se llega a uno de los rincones más
entrañables de Gijón: la
Plaza Mayor.
Es una plaza porticada homogénea, construida sólo en tres lados. En
el cuarto lado está el Ayuntamiento. El tono rojo de los tres lados
de la plaza contrasta con las paredes claras de la fachada del
ayuntamiento. Esta plaza también acoge las más famosas sidrerías
de la ciudad.
Es hora de una cita obligada
para tomar un buen culín de sidra y unas tapas para continuar la
visita y descansar de tanta lluvia, viento y frío. Lugar escogido:
la sidrería La Galana.
Todo
el barrio está salpicado por entrañables plazas que son punto de
encuentro de los gijonenses. Vimos la antigua Fábrica
de Tabacos
que fue convento de monjas hasta su desamortización, la Casa
Museo de Jovellanos,
la Capilla
de los Remedios
que conserva la tumba de Jovellanos; la Casa
de los Nava, la Capilla de la Soledad y la Iglesia de San Pedro.
La Iglesia de San Pedro |
No
hay que perderse la subida al Cerro
de Santa Catalina para
contemplar el Elogio
del
Horizonte,
escultura de Eduardo Chillida, una de sus mejores obras según él.
Este símbolo de la ciudad, esculpida en 1990, crea en su interior un
curioso efecto de caracola al escucharse el sonido de las olas. No
pudimos verla por culpa del mal tiempo.
Elogio del Horizonte, escultura de Eduardo Chillida (Foto de Ramón Durán) |
Camino
de vuelta al autobús que nos conduciría a Oviedo aún tuvimos
tiempo de fotografiar las arenas de la playa
de San Lorenzo que
estaba
casi
vacía; sólo algún surfista que aprovechaba el viento buscando la
ola.
Playa de San Lorenzo |