dissabte, 27 de març del 2021

De ruta por Turquía : Una parada en Efeso



La tónica en toda esta ruta por tierras turcas es empezar el día con el toque primero de la oración musulmana, es decir, al amanecer. Y después de tomar uno de los desayunos habituales acompañados del buen café turco, ¡a camino! De esta manera podemos ver más cosas.


Algo que llama la atención en Turquía es la admiración que tienen por Atatürk. Calles, plazas, nombres de aeropuertos, estatuas en pueblos y ciudades ... Atatürk (El padre de los turcos) fue el primer presidente del país durante quince años y su imagen la veréis en billetes y monedas cuando cambie euros por Liras Turcas . Por otro lado encontrará la bandera turca de fondo rojo, con su media luna y estrella blancas ondeando en todos los lugares que se puede colgar.





De Izmir a Éfeso hay casi ochenta kilómetros y nosotros hemos llegado antes que los autocares llenos de viajeros, salidos de cruceros que atracan en Izmir, invadieran este sitio.


Éfeso es la ciudad clásica mejor conservada al este del Mediterráneo. Es una de las zonas arqueológicas más grandes del mundo porque tiene gran cantidad de obras antiguas en su lugar original.


La época de mayor esplendor de esta ciudad fue con los romanos. Éfeso era uno de los grandes centros culturales y económicos del Antiguo Occidente. En esta época se construyeron las edificaciones más, como el Templo de Artemisa, considerado una de las siete maravillas del mundo.





Paseamos por la Vía Sacra, avenida comercial que desemboca en el teatro y que se ilumina de noche con antorchas a modo de farolas. Al final del recorrido está la famosa biblioteca de Celso que llegó a tener 12.000 pergaminos. La fachada frontal deja atónitos a los visitantes.






Muy cerca están los restos del diminuto templo de Adriano, el prostíbulo, las letrinas, los relieves ... y el impresionante gran teatro con capacidad para 25.000 espectadores.






Hay cosas muy curiosas, por ejemplo -los alquerques- (juegos antiguos de mesa) que algún romano paseando grabó en muchas piedras.

De estos graffiti hay varios: uno, en las escalinatas de la biblioteca, muestra un candelabro hebreo de siete brazos, y el otro, ante el gran teatro donde San Pablo pronunció su famoso discurso anti-Artemisa, funciona como un jeroglífico que advertía a la marinería sobre cómo llegar hasta el burdel más cercano. No sé, no sé!



He salido un poco aturdida de tanta piedra. Y siempre pienso lo mismo cuando estoy ante tantas riqueza arqueológica: Hay que poner mucha imaginación para observar la grandeza de aquellos tiempos. En mi época de estudiante de Arte hubiera alucinado de ver tanta piedra antigua y ahora me llama más la atención la gran cantidad de gatos que deambulan sin asustar con las hordas de turistas. Perdonad la franqueza!

La entrada cuesta 20 libras turcas (9.6 euros) y venden una guía (3 euros) que cuenta la historia y explica cada edificio.

 Necesito el descanso que supone la hora de comer.


POTSER ET POT INTERESAR