La gran riqueza monumental de este lugar, como nos dijo nuestro amigo Eduard, hacía necesaria una visita tranquila.
Por la carretera Ex-436, al sudoeste de Badajoz, se llega hasta Olivenza, y nosotros allí que nos fuimos.
Sólo aparcar el coche, fuera de la muralla, ya nos dimos cuenta que su presente español y su legado portugués hacen que en Olivenza, Portugal sea España y España sea Portugal.
Pensad que por su situación fronteriza ha pasado numerosas veces a manos de España y Portugal y la lucha por su dominio ha suscitado unos cuantos enfrentamientos diplomáticos entre ambos países.
Por eso después de tantas luchas por su territorio, es evidente que, paseando encontremos construcciones defensivas, pero dentro de la ciudadela, te sorprenderá porque es una bonita y coqueta ciudad con un montón de rincones que a nosotros nos encantaron.
Si quien me lea quiere un poco de historia de esta villa puede consultar este enlace
La mejor forma de visitar Olivenza es paseando por sus calles de casas con fachadas blancas, donde los azulejos y las murallas son los protagonistas.
Lo primero que observamos son los nombres de las calles, arriba el actual nombre en castellano y abajo el antiguo nombre en portugués. Muy bonitos.
Por otro lado nos dijeron que los oliventinos y sus descendientes tienen derecho a la doble nacionalidad hispano-portuguesa. Y, actualmente, las personas de más edad hablan el portugués, si bien se ha ido perdiendo entre los jóvenes que hablan castellano.
DE PASEO ENTRE PUERTAS, CALLES Y PLAZAS
Paseando por las calles del centro de Olivenza se pueden ver palacetes y casas señoriales entre casas más sencillas encaladas y de poca altura, (en algunas se ven todavía las típicas chimeneas del Alentejo portugués)
Las casas más señoriales tienen los quicios de las ventanas y puertas de mármol. En las ventanas bonitos enrejados. Las calles están empedradas con adoquines blancos y negros formando mosaicos; igualitos a los que hemos visto en otras ciudades portuguesas.
Murallas abalaustradas y Torre del Homenaje
En la antigüedad, Olivenza tenía cuatro niveles de muralla defensiva que protegían la ciudad en caso de asedio o guerra, hoy en día tan solo se conserva el cuarto nivel.
Habíamos entrado por una de las puertas de la muralla abalaustrada, en este caso por la puerta de Alconchel, la que mejor se conserva de las entradas a la muralla interior.
Siguiendo llegamos a la Plaza de Santa María, donde nos esperaba una imponente Torre del Homenaje que pertenece al Castillo.
El Castillo amurallado con unos muros muy gruesos tiene grandes torres sin ventanas (creo que las llaman ciegas). La defensa se hacía desde los matacanes porque no tiene almenas.
La Torre del Homenaje mide 40 metros de altura y 18 metros de lado, tiene tres pisos. Y es posible acceder arriba, subiendo las 17 rampas que llevan a la parte superior. Desde allí se tienen unas preciosas vistas.
La puerta de Alconchel desde dentro |
Torre del Homenaje |
Torre del Homenaje |
La puerta de Alconchel
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El Castillo y las murallas |
El Castillo y las murallas |
Los baluartes eran fortificaciones que se construían en las murallas sobresaliendo hacia el exterior de las mismas para aumentar las defensas frente a los posibles ataques enemigos.
Iglesia Santa María del Castillo
En la plaza, junto al castillo, está la iglesia de Santa María del Castillo que no visitamos.
Iglesia de Santa María del Castillo |
Iglesia de Santa María del Castillo |
Torre del Homenaje |
Ayuntamiento de Olivenza
Hicimos un descanso para comer en uno de los establecimientos que hay en la Plaza de la Constitución. En esta plaza se encuentra el Ayuntamiento que está situado en el antiguo palacio de los Duques de Cadaval y lo más hermoso es la portada de estilo manuelino, que es el símbolo de la ciudad.
Es el único lugar de España donde se puede ver una importante presencia del arte manuelino.
Sobresale la torre del reloj de finales del XV y que se construyó sobre la torre de la muralla medieval.
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Puerta del Ayuntamiento de estilo manuelino |
Torre del Reloj |
Una cosa curiosa son unos pequeños altares incrustados en los muros de algunas fachadas de las casas; son los llamados “Pasos”, estaciones del Via Crucis de la semana santa portuguesa. Se cree que son del siglo XVIII, son y representan las cinco llagas de Cristo.
Casa de la Misericordia
Nos llamó mucho la atención una Capilla de la Casa de la Misericordia. Es el mejor ejemplo de azulejos portugueses barrocos que conservan. Están en las paredes y lucen en buen estado un montón de ellos. Representan escenas inspiradas en los textos sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento.
Capilla de la Casa de la Misericordia |
Capilla de la Casa de la Misericordia |
Capilla de la Casa de la Misericordia |
Después de visitar Olivenza y en el silencio de la habitación del hotel me quedé pensando en la gracia extremeña con aire flamenco que se unió a la dulzura portuguesa y a las letras de canciones nostálgicas de fado...
Esos influjos entrecruzados los hemos visto en su patrimonio y son el resultado de toda la historia de carácter fronterizo.
Ya lo dice un viejo cántico popular:
Las mujeres de Olivenza / no son como las demás / porque son hijas de España / y nietas de Portugal.