¡Cómo
nos ha cambiado la vida!
Hoy
recordaba que cada día subía en mi furgo hasta la Venta del Aire,
en Albentosa, dentro de la comarca Gúdar-Javalambre (Teruel). Era mi
pequeño espacio: leer la prensa, comprar lo que necesitaba y charlar
un poco con la gente del restaurante “Los Maños”.
Desde
nuestras viñas, en la aldea de Los Giles, son 7 km por una carretera
que cruza monte, campos de cultivo y bordes de camino.
A
pesar de la lejanía del mar, la influencia mediterránea penetra sin
encontrar dificultad orográfica. La degradación de la vegetación
es una realidad, se impone a primera vista. Los restos del monte
constituyen islotes verdes en muchos kilómetros y todo el paisaje
está formado por estrato arbóreo de encinas y pinos de repoblación;
un estrato arbustivo de enebros, coscojos, aliagas, tomillos,
espliegos, manzanillas, escobrizas y ontinas. También alguna jara y
diversos cardos.
Salpicando
el paisaje se ven campos de tierra marrón, recién removida por los
tractores, con carrascas truferas recién plantadas. ¡Es la moda en
el cultivo! Dicen que de aquí unos años ya saldrán las primeras
trufas, las “perlas negras de Teruel”, como las llaman en esta
zona.
Pero
julio huele a ontina, es el olor predominante en estos campos.
ONTINA
es el “Abrótamo hembra”, lo he buscado en el Google. De tallos
delgados, hojas verdes grisáceas, estrechas, lineales y aromáticas
que desprenden un intenso olor aromático y recuerda a la manzanilla.
Este olor es algo desagradable para algunas personas; a mi me
encanta. En lo alto brotan cabezuelas hemisféricas con flores de
color amarillo. Se utiliza para evitar polillas poniéndola dentro de
los armarios. Es rica en aceites aromáticos.
Siempre
esperaba julio y sus ontinas amarillas para recogerlas con fines
ornamentales. Llenaba cestos, algún caldero de cobre, tinajas y
pucheros porque se conservan secas mucho tiempo, dando un punto
rústico a la casa.
Este
julio han salido con más fuerza si cabe después de una primavera
muy lluviosa y están hermosas esperando que alguien las recoja para
lucir en algún rincón del hogar.
Este
julio es diferente, se rompió la rutina de los ciudadanos, se rompió
mi rutina y sigo en casa.
(Apuntes en la “nueva normalidad” después del confinamiento)