dimarts, 30 de juny del 2020

JULIO HUELE A ONTINA




 

¡Cómo nos ha cambiado la vida!

Hoy recordaba que cada día subía en mi furgo hasta la Venta del Aire, en Albentosa, dentro de la comarca Gúdar-Javalambre (Teruel). Era mi pequeño espacio: leer la prensa, comprar lo que necesitaba y charlar un poco con la gente del restaurante “Los Maños”.
Desde nuestras viñas, en la aldea de Los Giles, son 7 km por una carretera que cruza monte, campos de cultivo y bordes de camino.



A pesar de la lejanía del mar, la influencia mediterránea penetra sin encontrar dificultad orográfica. La degradación de la vegetación es una realidad, se impone a primera vista. Los restos del monte constituyen islotes verdes en muchos kilómetros y todo el paisaje está formado por estrato arbóreo de encinas y pinos de repoblación; un estrato arbustivo de enebros, coscojos, aliagas, tomillos, espliegos, manzanillas, escobrizas y ontinas. También alguna jara y diversos cardos.



Salpicando el paisaje se ven campos de tierra marrón, recién removida por los tractores, con carrascas truferas recién plantadas. ¡Es la moda en el cultivo! Dicen que de aquí unos años ya saldrán las primeras trufas, las “perlas negras de Teruel”, como las llaman en esta zona.

Pero julio huele a ontina, es el olor predominante en estos campos.




ONTINA es el “Abrótamo hembra”, lo he buscado en el Google. De tallos delgados, hojas verdes grisáceas, estrechas, lineales y aromáticas que desprenden un intenso olor aromático y recuerda a la manzanilla. Este olor es algo desagradable para algunas personas; a mi me encanta. En lo alto brotan cabezuelas hemisféricas con flores de color amarillo. Se utiliza para evitar polillas poniéndola dentro de los armarios. Es rica en aceites aromáticos.






Siempre esperaba julio y sus ontinas amarillas para recogerlas con fines ornamentales. Llenaba cestos, algún caldero de cobre, tinajas y pucheros porque se conservan secas mucho tiempo, dando un punto rústico a la casa.


Este julio han salido con más fuerza si cabe después de una primavera muy lluviosa y están hermosas esperando que alguien las recoja para lucir en algún rincón del hogar.

Este julio es diferente, se rompió la rutina de los ciudadanos, se rompió mi rutina y sigo en casa.


(Apuntes en la “nueva normalidad” después del confinamiento)






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