Si un día aprendes a hacer tu salsa de tomate casera ya no habrá vuelta atrás, será la mejor de todas las que has probado.
Hoy en día, por falta de tiempo principalmente, poca gente prepara su propia salsa de tomate frito casero. En realidad, es una receta que tardas un ratito en hacer, pero que luego puedes guardarla en tarros de conserva, eso sí, cocidos a “baño maría” (unos 20 minutos). Así los tendrás por mucho tiempo.
Tengo todo lo necesario :
Una cestita de tomates maduros del huerto
2 cebollas grandes
Dos dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Sal y azúcar
Sigo estos pasos :
Lavamos, escaldamos y pelamos los tomates (Los escaldamos para que sea más sencillo retirar la piel )
Si es necesario, sacamos alguna parte que esté fea y los troceamos.
Pelamos y cortamos en juliana las cebollas y los dientes de ajo.
En una cazuela con un poco de aceite de oliva y fuego medio, rehogamos cebollas y ajos hasta que cojan color marroncito ( Así la salsa tendrá más sabor )
Añadimos el tomate troceado y dejamos a fuego medio, removiendo de vez en cuando, durante 40 ó 50 minutos..
Cuando la salsa haya reducido de volumen y tenga consistencia y textura muy espesa, sazonamos con sal y una cucharada de azúcar.
Se puede triturar o pasarlo por el chino si se quiere más fino.
Está a punto de consumir o de envasarlo en tarros de vidrio que se hervirán a “baño maría” unos 20 minutos
Consejos y trucos :
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Cuando el tomate esté en temporada, bien de precio y lleno de sabor, hay que comprar una buena cantidad y ponernos en la labor. Nosotros somos afortunados porque tenemos huerto.
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Mi objetivo, cada vez que me pongo, es una cesta pequeña llena, unos cinco kilos. Joseph los recoge del huerto. Con esa cantidad lleno de siete a ocho tarros.
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¿Y cuál es la variedad más indicada?
La más resultona es tomate pera y el corazón de buey porque son muy carnosos, con piel fina, pocas pepitas y muy dulces.
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El fuego es importante, hay que ponerlo medio-alto al principio para que se vaya evaporando el agua que suelta y una vez se reduzca, bajarlo y remover constantemente porque se puede pegar.
