Escapada al Périgord en Dordogne
La mejor manera para descubrir esta región es mediante una ruta en coche (en nuestra caso en furgo) donde sin prisa, pero sin pausa, podemos recorrer la mayoría de lugares bonitos que ofrece este territorio. Siempre la duración de la ruta dependerá del tiempo del que disponemos, aunque recomendaríamos tranquilamente unos siete días. Nosotros estuvimos quince porque visitamos a la ida todo el departamento de Gironde.
Como he dicho, nuestra ruta en furgo por Aquitania (road trip como dicen mis amigos bloggers), había comenzado visitando Bourdeaux y desplazándanos desde allí a zonas cercanas y muy hermosas: Bahía de Arcachón, Duna de Pilat y
Pero era hora de dejar Gironde y adentrarnos en Dordogne.
Nos situamos geográficamente
Dordogne es un departamento francés situado en el suroeste del país, con una superficie de 9.060 km², es el tercer mayor departamento de Francia. Situado en Aquitania, lo recorre la autopista A89 (en el eje Burdeos – Lyón). Sus 4 principales ciudades son: Périgueux, Bergerac, Sarlat y Nontron.
Dordogne nació a partir de la reorganización territorial de Francia en 1790, y abarcaba casi toda la extensión de la antigua provincia del Périgord. En realidad, este es el nombre por el que se conoce comúnmente aun hoy en día al departamento, no en vano sus habitantes continúan llamándose périgourdins.
Su capital es Périgueux, heredera de la antigua provincia de Périgord.
- Perigord verde: este nombre por el color de sus bosques y sus verdes praderas. Nontron es la capital.
- Perigord blanco: por la piedra de cal tan abundante en la zona y con la que se han construido las edificaciones de la región. La capital es Perigueux.
- Perigord púrpura: el vino es lo que da este nombre a la región cuya capital es la ciudad medieval de Bergerac.
- Perigord negro: el nombre viene de los oscuros bosques de la zona, aunque también lo podría dar la trufa. La capital es Sarlat la Canéda.
Entramos en el País de Bergerac
El País de Bergerac es una comarca del Perigord púrpura que rodea a la ciudad del mismo nombre; todo el territorio tiene pueblos de trazado medieval, castillos, bastidas y viñedos.
Bergerac, la capital, es una villa medieval y renacentista a orillas de la Dordogne. Allí sus gabarras (en la época medieval transportaban barricas de vino), flotan en las aguas del río invitando a los viajeros a subir a ellas para dar un paseo.
El centro histórico se deja visitar en unas dos horas, a través del laberinto de calles y 2 plazas, a cual más encantadora. Si elevamos la mirada, un viaje en el tiempo nos conducirá a la Edad Media, y veremos casas de entramado de madera, puertas muy trabajadas y ventanas ojivales.
Ya se que se piensa en Cyrano de Bergerac al llegar, pero lo cierto es que su gran “nariz” nunca vio esta ciudad.A pesar de eso, al llegar a la plaza Pélissière, nos topamos con “las narices” de Cyrano y su estatua de bronce que permanece estática pese a la ráfaga de fotos viajeras. Más adelante en la plaza de la Mirpe se puede ver otro Cyrano. En esta plaza se encuentra la iglesia de Saint Jacques, con un bonito campanario.El Popular Cyrano, que inspiraría la obra de teatro de Edmond Rostand, era descendiente lejano de Ramond de la Rivière, quien habría recuperado Bergerac para los franceses en 1385. De la Rivière recibió como recompensa unas tierras que bautizó con el nombre de Bergerac. Siglos más tarde, el famoso espadachín, Hercules Savinien, nacido en París y descendiente lejano del héroe francés, tomó el nombre de Bergerac, por haber pasado parte de su infancia en aquellas tierras conocidas como Bergerac, pero que nada tienen que ver con esta población del Perigord (Información de Google)
Otro de los lugares muy visitados es la Maison du Vin. Allí se puede entender la importancia de la cultura del vino a lo largo de la historia. Podéis degustar algunos de los caldos del País de Bergerac.
Nosotros nos reservamos para la visita a las bodegas del Castillo de Monbazillac.
Toda la comarca está llena de pueblecitos medievales muy pequeños, de castillos de interés y de muchas bodegas que abren sus puertas a los visitantes. No teníamos tiempo, el vino de Monbazillac nos esperaba.
El Castillo de Montbazillac
La región del Périgord se conoce con el nombre de “La tierra de los mil y un castillos” así que visitarlos todos es una locura y casi imposible si no vives cerca. Tiene también casas solariegas y lujosas casas de campo cuya construcción va desde el siglo XI hasta la Revolución Francesa.
Los diez kilómetros que recorrimos entre Bergerac y el Castillo de Montbazillac fueron una sucesión de hermosas estampas rurales donde el viñedo era el protagonista.
-” ¡Que viñas tan majas ! ¡Que viñas tan bien cuidadas! ¡Que maravilla! ¡Es un tesoro de campiña!”-(Comentarios de mi vitivinicultor querido)
Muy pronto, desde la llanura de abajo, apareció el castillo situado entre los viñedos que lo rodean.
El edificio que fue construido alrededor de 1550 por Charles d'Aydie se situa en un plano rectangular y está rodeado de cuatro torres circulares, Es una hermosa mezcla de arquitectura defensiva medieval y elegancia renacentista. Su belleza está realzada por todo el entorno.
Desde su construcción pasó de mano en mano a lo largo de los siglos, llegando a la Revolución Francesa sin mayores daños. Fue a principios de la década de 1960 cuando la cooperativa de vinos de la ciudad compró el Château de Monbazillac, que decidió comercializar una cosecha gracias a las veinticinco hectáreas de viñedos.
En los viñedos las uvas de Sémillon, Sauvignon Blanc, y Muscadelle crecen hermosas y esperan ser las únicas protagonistas en la producción de este vino.
Se pueden visitar dos plantas del castillo, las que están amuebladas y la bodega también. Allí tienen un museo de objetos antiguos utilizados en el campo. Después de visitarlo se ofrece una cata de sus vinos en el edificio de la tienda, donde además de comprar los vinos también otros souvenirs.
La cata de vinos un imprescindible.¡Son increíbles! y estarás probando una de las 13 DO de vinos de Bergerac.
¿El secreto de este vino blanco?
Este vino dulce francés se hace con uvas de Semillón, Sauvignon blanc y Muscadelle que han sido afectadas por Botrytis cinerea, también conocida como podredumbre noble.
El hongo botrytis cinerea desarrolla un "sabor noble" en las bayas y aumenta su contenido de azúcar. La cosecha se recoge por selección sucesiva, ya que es necesario elegir casi grano a grano los que han alcanzado la etapa ideal. Y el arte del enólogo hace el resto
Monbazillac es más que el nombre de un vino, es el recuerdo del sabor más allá de este blanco dulce.