dilluns, 4 d’abril del 2022

MEDINACELI: UNO DE LOS PUEBLOS BONITOS DE ESPAÑA






Medinaceli está situada en la zona centro-sureste de la provincia de Soria, en el cruce de los sistemas Ibérico y Central y en la confluencia de los valles que forman los ríos Arbujuelo y Jalón.


Medinaceli está dividida en dos núcleos, uno moderno, junto a la carretera, de mayor población con poco atractivo, y otro antiguo, a unos 3 km monumental y de gran belleza.


Para llegar a ese casco antiguo de Medinaceli, nuestra furgoneta serpenteó lentamente por una carretera sinuosa desde donde se tienen unas hermosas vistas si el día está despejado.

Pero el día era gris, lloviznaba y caían algunos copos de nieve. Estábamos a unos 1.200 metros.





¿Medinaceli, ciudad de Salim? ¿Medinaceli, ciudad del cielo?



Buscando la procedencia del nombre de la villa vimos que es árabe. Viene de la ciudad de Salim, siendo este Salim nombre masculino que significa sano, seguro y salvo. Los hijos de Salim (banum salim) ocuparon, en los primeros siglos de Al-Andalus, esta ciudad fronteriza porque vigilaban el paso entre la Meseta y el Valle del Ebro. Así quedó su nombre ya asociado: “Medinaceli, ciudad segura”


Como curiosidad hay otra etimología de la que muchos están convencidos y es considerar la palabra un híbrido entre árabe y latín, Medina coeli (ciudad del cielo)…"Medinaceli, ciudad del cielo"




Pensando en todo esto y sin darnos casi cuenta, apareció de golpe el famoso Arco Romano que siempre recibe a los viajeros con los tres vanos abiertos.

La carretera termina allí, en la Plaza Campo de San Nicolás donde hay que aparcar porque toda la villa es peatonal. (También hay un campo acondicionado para autocaravanas con suelo recto, fuente y zona de aguas sucias)

Dejamos la furgo estacionada y el equipaje en el hostal Bavieca. Teníamos toda una jornada para recorrer tranquilamente la villa.




A partir de ahora caminaríamos a través de la historia en un paseo que nos llevaría por murallas, castillo, arco romano, puerta árabe, mosaicos, plazas, calles estrechas, palacios, ermitas, iglesias conventos...











Pincelada histórica


Debido a esa situación, en lo alto de una colina, llamó la atención a numerosos pueblos. Por ella pasaron los celtas, los romanos, los árabes y los cristianos. Todos dejaron su huella que podemos ver recorriendo sus calles.

Los celtas ocuparon la montaña vecina para construir Occilis, pero quienes la conquistaron fueron los romanos y la convirtieron en un paso importante de la Vía XXV que era la calzada romana que unía la antigua Emérita Augusta (Mérida) con Caesar Augusta (Zaragoza).

Durante los siglos VIII a XII fue plaza musulmana de gran importancia geoestratégica durante el califato.
Fue capital de la Marca Media en esa época; allí se iniciaban o terminaban los ataques sobre territorios enemigos.

Según diversos historiadores el propio Almanzor fue enterrado aquí tras la incursión que lanzó contra el Monasterio de San Millán de la Cogolla en el año 1002, el caudillo árabe moriría en los alrededores y su cuerpo transportado hasta esta fortaleza.


“Corría el año 978 cuando Almanzor pasó a ser caudillo del ejército musulmán. Mucho se habló de este personaje, que no perdió en ninguna de sus razias. Pero como parece ser norma, nadie vive eternamente, ni siquiera Almanzor. Así es que en 1002, enfermo desde hacía años, vino a morir a Medinaceli. Se rumorea que su tumba está hacia poniente, en el cuarto cerrillo. Con Almanzor descansa el polvo de todas sus batallas y múltiples tesoros.”

(Leyenda del cuarto cerrillo. Turismo de Soria)





A partir del siglo XIV Medinaceli es condado y posteriormente ducado. Fue frontera entre los Reinos de Castilla y Aragón.


La época de mayor esplendor de Medinaceli corresponde al siglo XVI, tras la concesión del título de primer Duque de Medinaceli a Don Luis de La Cerda en 1479, iniciándose una etapa de remodelación de la ciudad, sustituyendo los antiguos edificios por edificaciones renacentistas, y alzando el Palacio Ducal de Medinaceli y la Colegiata.


Con la llegada del ferrocarril en el recorrido Madrid-Zaragoza-Barcelona la población se desplaza mayoritariamente hacia el valle, especialmente al Barrio de la Estación.

La zona antigua quedó semi-abandonada, pero en el siglo XX se apreció su potencial turístico y fue totalmente rehabilitada.





Actualmente los que dejan alguna huella son los numerosos viajeros que la visitan deseosos de admirar todos los tesoros de otras culturas que aún conserva.



Qué ver en Medinaceli


El Arco romano


Es un arco de triunfo y es el único arco monumental que existe en España con tres vanos. Servía también como puerta de acceso a la ciudad. El arco central era paso de carruajes y animales y los laterales de los peatones.

Fue construido en el siglo I, en lo alto de la colina que domina el valle del Jalón, a unos 1.200 m. de altura. Seguro que con esta edificación se quería impresionar a los habitantes y demostrar el poderío romano

No es la única huella de los romanos que conserva la localidad, pues también siguen en pie los restos de la muralla, que en época del Imperio tenía una extensión de 2.400 metros, haciendo a la ciudad prácticamente inexpugnable para los invasores.

También se cree que la mayor parte de los cimientos de algunos edificios actuales son de origen romano o bien reutilizaron sus materiales.








Puerta árabe


A pesar de su nombre, no es árabe porque sus cimientos son romanos. También se la llama Puerta del Mercado porque daba acceso a la villa en los días de mercado.

Descansé un rato sentada en una de esas piedras con tanta historia. Había perdido de vista a mi otra mitad que nunca se cansa de ir para arriba o para abajo para observarlo todo.












El Castillo


Desde mi punto de observación observaba la silueta del Castillo que está situado en lo más alto del cerro.
Lo veía bonito allí a lo lejos e imaginaba ya una historia de duques, condes, duquesas y condesas, pero mi opinión cambió con las explicaciones de mi Jubileto que había estado muy cerca. La silueta es lo que queda.

Este castillo se construyó sobre una alcazaba árabe por allá el siglo XIV. Es de planta cuadrada con torreones circulares en tres de sus esquinas y la torre del homenaje en la cuarta; es lo que queda en buen estado. En su interior ya no hay nada de la antigua estructura.

Esos hermosos muros solamente guardan las tumbas del cementerio de la localidad.








La Plaza Mayor



Por la Puerta Árabe entramos al interior del casco antiguo buscando la Plaza Mayor. Esta se descubrió ante ese par de Jubiletos como uno de los espacios más bonitos y visitados de Medinaceli.

Con una original silueta prácticamente pentagonal, cerrada, de aspecto castellano y porticada, es el alma de la ciudad presente, pues acoge la celebración de numerosas actividades como el Toro Jubilo 

En el pasado albergó el foro de la Occilis.













Allí se encuentran dos edificios singulares: la Alhóndiga que antaño sirvió de granero, el Palacio Ducal que acoge la Fundación DeArte, consagrada al arte contemporáneo, y el Museo de Arqueología que explica de manera didáctica los orígenes y la historia de esta localidad soriana.


Por detrás de la Alhóndiga sobresale el campanario de la Colegiata.



En la Plaza Mayor también se encuentra el edificio del Ayuntamiento de Medinaceli. Es una construcción tradicional castellana con soportales y balcones. En los bajos hay una oficina de turismo, aunque la vimos cerrada.









Colegiata Nuestra Señora de la Asunción


Esta villa, a finales del siglo XV, tenía 12 iglesias que seguramente eran de estilo románico. El Duque de Medinaceli pidió al Vaticano que todas las parroquias se unieran en una, la de Santa María. Así se convirtió en Colegiata y todas sus rentas agrupadas en ella.

No pudimos visitar su interior porque estaba cerrada. Como es de suponer y nos explicaron, dentro se venera una imagen del Cristo de Medinaceli, el original. Aunque ahora recuerdo que la talla más famosa es la que se encuentra actualmente en Madrid.











Seguimos callejeando


Una de las cosas más interesante es callejear y dejarse llevar por sus calles laberínticas. Así se puede ir viendo casas de piedra en muy buen estado de conservación.

Vimos escudos en las fachadas, puertas muy antiguas, plazas y rincones curiosos.












Pasamos por varias callejuelas muy estrechas, quizás de las más estrechas que habíamos visto nunca. Como un laberinto aparecieron plazas en rincones creados por paredes de casas de vecinos y soportales que sirven de terraza de meriendas.






El recuerdo del Cid está presente en diversos puntos de la villa.

 



Se puede hacer un alto con descanso, cervecita, café, infusión, pastitas o vermut, en uno de los locales cafetería-tienda de productos típicos-restaurante-panadería (todo en uno).




Visitar Medinaceli es transportarse a otra época, es descansar del bullicio de la ciudad, es conocer un poco de la historia de la península y su evolución.

Acercarnos a este lugar es reconocer el porqué de la distinción de ser uno de “Los Pueblos más Bonitos de España”.

 







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