Con sólo oír la palabra Sevilla ya se produce emoción porque sus
monumentos, su gente, sus colores, sus barrios, sus tradiciones y su
gastronomía, atrapan a los viajeros.
Leí en la Vanguardia que la conocida revista viajera Lonely
Planet eligió el pasado año (2018), la
capital andaluza como mejor destino turístico mundial y eso la coloca como la
más interesante para ser visitada y conocer todas sus riquezas históricas y
artísticas, así como la revitalización de los últimos tiempos.
Hacía tantos años que no la visitábamos que decidimos volver y
esta vez sin prisas, callejeándola con pies de “jubileta”. Como en muchas otras
escapadas había una pequeña ilusión a cumplir, y esta vez era el pernoctar durante
una semana en la Plaza de Doña Elvira, en pleno centro del barrio de Santa
Cruz.
Me gusta Sevilla, pero es tan grande que para mí pierde un poco de
encanto; está muy transitada, muchos coches, muchos turistas, muchas tiendas de
souvenirs, edificios grandes, bodegas y bares abarrotados… y eso que he viajado
en febrero y en días laborables…
Una pincelada de
historia
El
origen de Sevilla, como lugar
habitable, tiene muchas versiones que se confunden entre la inventiva y la
leyenda. A día de hoy no se sabe con seguridad cuáles fueron sus primeros
tiempos. He leído varios artículos y he escuchado diferentes versiones y tienen
posiciones distintas. Lo cierto es que Sevilla
ha contemplado el paso de distintas civilizaciones: Tartessos, romanos,
visigodos, musulmanes y cristianos.
Se cree
que los tartessos fueron los primeros. Esta tesis es apoyada por los
hallazgos arqueológicos que datarían del siglo VIII a c.
Otra
etapa esplendorosa fue la romana. Tras vencer a los cartagineses que dominaban
la ciudad (año 206 a.c.), con Escipión el africano, Roma llegó a Sevilla, convirtiendo a ésta en una
gran urbe. En esta época la ciudad llevó el nombre de Hispalis.
En el año
426 Sevilla fue tomada por
Gunderico, dirigente vándalo. Sucedieron en esta época varias invasiones que
finalizaron con la llegada de los Visigodos. Leovigildo y posteriormente su
hijo Recaredo reinarían como grandes reyes visigodos.
Luego,
hacia el 712 de nuestra era, Muza conquistó Sevilla, comenzando así la época musulmana que se extendería a lo
largo de cinco siglos. Los musulmanes denominaron Isbiliya a esta ciudad, de aquí deriva su nombre actual. Aunque
dependiendo del Califato de Córdoba, Sevilla
se convirtió en esta época la ciudad más importante de Al-Andalus.
Y será
en el transcurso del año 1248, después de 15 meses de asedio, cuando el rey
Fernando III consiguió la rendición de los musulmanes de la ciudad. En poco
tiempo se expulsa a la población musulmana y la zona es repartida entre los
conquistadores. Se le da una nueva demarcación urbana en diferentes distritos,
siempre alrededor de sus respectivas parroquias (muchas de ellas mezquitas
reconvertidas). La mezquita mayor sería derribada para construir la catedral.
El rey Fernando III el Santo se instala en la ciudad hasta su muerte.
Tras el
descubrimiento de América, Colón llega a los muelles de Sevilla, donde anuncia su gran proeza. En estos muelles se
organizarán las distintas flotas que proseguirán con la exploración de las nuevas
tierras. En el siglo XVI Sevilla era
el principal puerto de comercio con Inglaterra, Italia y Flandes, constituyéndose
el monopolio del enlace con América y fundándose la Casa de Contratación
(Archivo de Indias). Por todo esto, Sevilla
tuvo un importante crecimiento económico y demográfico que la convirtió en la
ciudad más grande de España
Toda la
opulencia que trajo el descubrimiento de América tuvo su fin con la crisis
económica que afectó a toda Europa y el traslado de la Casa de Contratación a
Cádiz.
Comienza
este siglo con la preparación de la Exposición Universal de 1929. A partir de
aquí la ciudad comienza una remodelación de su infraestructura para
modernizarla.
¿Qué ver cómo
imprescindible?
Lo realmente imprescindible para una primera visita es la Catedral con la Giralda, el Real Alcázar, el Barrio de Santa Cruz, el Parque de
María Luisa con la Plaza de España y la zona Centro. Quizá con cuatro días
se tiene suficiente. Hay que decir que la capital de Andalucía puede recorrerse
a pie porque todo lo que merece una visita se encuentra en zona intramuros. (Un
poco más alejado está Triana, isla Cartuja y plaza España)
Para conocer con más profundidad la Catedral, la Giralda y los
Reales Alcázares contratamos un tour por
internet porque siempre es más agradable que te lo cuente una persona enamorada
de su ciudad que no leerlo en guías. Duró tres horas y media y no fue pesado
porque estuvo repleto de leyendas, anécdotas divertidas y sin tener que hacer
cola en ningún sitio. Todo lo que vimos puede resumirse en: ¡belleza, historia,
pasión y grandiosidad!
A estos adjetivos hay que añadir otro que le sienta muy bien a
esta ciudad y es inagotable, porque necesitas tiempo para conocerla y
disfrutarla. Lo positivo es que es asequible y cómoda para caminar. Tuvimos
ocasión de conocer lo imprescindible y también los barrios más famosos.
¿Quieres ver imágenes?
Patio de Banderas |
Hacia la Plaza del Triunfo |
La Catedral |
La Giralda |
La Inmaculada de Murillo un tesoro en la Catedral |
Campanas de la Giralda |
La Catedral |
Los Reales Alcázares |
Los Reales Alcázares |
Los Reales Alcázares |
Baños de Doña María Padilla en el Alcázar |
Otras entradas
en este blog de lo que vimos en esta ocasión
El Barrio de Santa Cruz
http://jubiletainquieta.blogspot.com/2019/04/sevillabarrio-de-santa-cruz-lost-in.html
http://jubiletainquieta.blogspot.com/2019/04/sevillabarrio-de-santa-cruz-lost-in.html
Plaza España y Jardines de María Luisa
http://jubiletainquieta.blogspot.com/2019/03/sevilla-plaza-espana-y-parque-de-maria.html
http://jubiletainquieta.blogspot.com/2019/03/sevilla-plaza-espana-y-parque-de-maria.html