divendres, 12 d’agost del 2022

UNA RUTA POR MADRID: DEL RÍO LOZOYA AL RÍO JARAMA

 


A estas alturas de la vida cuando pensamos en hacer una ruta ya no programamos los lugares que queremos dentro del tiempo de que disponemos, sino que lo importante es que disfrutemos del viaje sin prisas y sin velocidad. Así descubrimos el entorno que se abre ante los ojos. Si no vemos muchos lugares, veremos menos, pero más detenidamente.


Podemos viajar en temporada baja, en días laborables y sin importarnos el tiempo qué invertiremos.

Nada de atascos, nada de peajes, algún bar de carretera y alojamientos que encontremos en el camino. ¡Esto es genial en la edad madura!

Quizá uno de los pasos más difíciles sea elegir cuál es la ruta perfecta de la que enamorarse.


¿Una ruta por los Madriles? ¿Sí? ¿No? Pues, síiiii: “Del Lozoya al Jarama y tiro porque me toca”


UN POCO DE INFORMACIÓN


El pico de Peñalara, con 2.428 metros, es el llamado “techo de Madrid” y corona el Alto Valle del Lozoya. Desde allí descienden las aguas que formarán el río Lozoya para dar vida y alegría a todos los terrenos que baña.

Este río atraviesa (de O a E) la Comunidad a diferencia de la mayoría de los ríos de la región que lo hacen verticalmente. Tiene unos 91 km de longitud.

El nombre de Lozoya, proviene de Loza, oza, osa, que significa "pastizal" en la forma dialectal del euskera de Guipúzcoa, ya que los vascos fueron los primeros repobladores del valle, tras la Reconquista. Este origen está muy en consonancia con la riqueza natural que los oriundos del norte se encontraron en el valle.

Este valle tiene tres zonas diferenciadas: El Valle Alto donde está la parte más alta del río Lozoya, El Valle Medio, donde se encuentra la capital de la zona: Buitrago del Lozoya y El Valle Bajo que nosotros no visitamos esta vez.


En estas tres zonas encontramos embalses que son los que abastecen de agua a la Comunidad de Madrid. Allá por el año 1851 se hicieron unas grandes obras para poder llevar agua a los habitantes de esta zona. En estas obras también se construyó un gran puente, llamado el Puente del Canal de Isabel II, que hace de puerta al valle.



EL VALLE ALTO DEL LOZOYA


Fue muy fácil llegar hasta allí: A-1 hasta el km 69 donde se toma el desvío hacia Rascafría por la M-604 que da acceso a los pueblos del valle.

En este punto comenzó nuestro viaje.

Vimos en todo el territorio una frondosa vegetación de pinares, robledales, dehesas y encinares que se extienden en este entorno que, dicho sea de paso, desde sus orígenes ha estado marcado por un relieve y un clima característico. Este clima ha condicionado la forma de vivir de sus habitantes ya acostumbrados al capricho de la nieve que cae a menudo.

La primera parada fue en Lozoya que es una pequeña población de unos 600 habitantes y está rodeada por la sierra de Guadarrama.



Ayuntamiento de Lozoya


LOZOYA


A Lozoya se la conoce por las espectaculares vistas sobre el valle. Desde allí se puede contemplar el embalse de La Pinilla, Las Cabezas de Hierro, el pico de Peñalara y otros paisajes.

La visita que hicimos fue rápida esta vez: parroquia del Salvador, Ayuntamiento y Puente Romano, nada importante.

Un rincón curioso de Lozoya es la Fábrica de “Chocolate Natural” Es un obrador de chocolate donde se trabajan las diferentes clases de chocolate de manera artesanal.



Iglesia de San Andrés Apóstol

Ayuntamiento de Rascafría

Ayuntamiento de Rascafría


RASCAFRÍA


Continuamos por la misma carretera y nos encontramos con el municipio de Rascafría. Antes de llegar vimos un monumento en un mirador hecho en honor a los guardabosques, es el Mirador de Robledos. Desde allí se ve todo el curso medio del río Lozoya hasta el embalse.

El embalse de Pinilla es el protagonista del paisaje en este trozo de camino. Se construyó a raíz del año 'de la gran sequía', 1964, y es uno de los cinco embalses del río Lozoya

Rascafría es una pequeña villa serrana atravesada por un arroyo que baja de la montaña que está en el fondo de un valle fluvial que se formó por las aguas que vienen de las cumbres de la sierra, a los pies del macizo de Peñalara.

Hay que dar una vuelta por el casco urbano y fotografiar el Ayuntamiento, la Casa Vasca y la Iglesia de San Andrés Apóstol.

Y a tan solo 2 kilómetros de Rascafría se encuentra el mayor atractivo monumental y cultural de la sierra, el Monasterio del Paular.


Monasterio de Santa María del Paular


Monasterio de Santa María del Paular


El Monasterio del Paular es una construcción impresionante en mitad de las montañas. Se empezó a edificar en 1390, siendo la primera cartuja del Reino de Castilla, y así permaneció durante 450 años.

Más tarde, en 1954, lo repoblaron monjes benedictinos después de más de un siglo de abandono. Actualmente sólo viven siete religiosos.

Los entendidos dicen que es una joya de gran valor, construida con distintos estilos como el gótico y el barroco.


Frente al monasterio hay senderos peatonales rodeados de chopos que siguen al río Lozoya.

Según Luis Buñuel, en el claustro del monasterio se encuentra una tumba con una lápida de mármol en la que presuntamente está enterrado el piloto que arrojó la primera bomba atómica.

Hay que fijarse en los dibujos del empedrado de la entrada. ¡Están hechos con huesos de animales!

La mejor panorámica del monasterio se obtiene desde el Puente del Perdón que comunicaba con el Molino de papel de los Batanes, de donde salió el papel para la edición de la primera parte del Quijote.

Según la leyenda el Puente de Perdón era el último lugar donde los prisioneros condenados a muerte podían apelar la condena.



Desde aquí se continua en dirección al Puerto de Cotos para llegar al Parque Natural de Peñalara, lugar donde terminan o empiezan las múltiples excursiones para los amantes del senderismo.

Nosotros no hicimos ninguna ruta, pero dejo información para esos afortunados senderistas que pueden.






EL VALLE MEDIO DEL LOZOYA


Seguimos nuestro viaje buscando una de las Villas con encanto de la Comunidad madrileña que está situada en el valle medio del Lozoya: Buitrago de Lozoya.


En su curso medio, el Lozoya, nuestro compañero fiel en esta zona, se vuelve horizontal y circula de O a E por una llanura que se extiende entre la Sierra de la Cabrera (al S), Somosierra (al N) y la Sierra del Rincón (al E).

En este tramo, el más corto de los tres, el río acumula muchas de sus aguas en el Embalse de Riosequillo y luego sigue su camino hasta la villa amurallada de Buitrago del Lozoya, capital de esta zona.


Puente Viejo sobre el río Lozoya

Iglesia de Nuestra Señora del Castillo

Fortaleza de Buitrago


Buitrago es la primera población de importancia que sale a nuestro paso y allí pasamos dos días descansando y gozando de una de esa Villas de Madrid que tanto deseábamos conocer.

Buitrago está situada en un lugar estratégico, en un promontorio formado por los meandros del río. Desde antaño fue vía de comunicación natural de las mesetas a través del Puerto de Somosierra.

La primera imagen que tuve de la villa antes de acceder a ella, fue la de un dibujo de época medieval con su recinto amurallado y mi imaginación se puso a trabajar.

Siempre que estoy por las Castillas me traslado a épocas de Reconquista y pienso en lo primero que me dijo Joseph cuando le dije que me llamaba Elvira. “Tienes nombre de la edad media, por lo de Doña Elvira y Doña Sol, las hijas del Cid Campeador”....

De la fortaleza de Buitrago se conserva el castillo, dos puertas de la ciudad, la Torre del Reloj, la barbacana y la coracha. También la Iglesia de Santa María del Castillo. (más información en mi otro post)





Y PASAMOS AL VALLE ALTO DEL JARAMA...



Nuestra ruta sigue y transcurre por la M-131 hacia Torrelaguna (unos 27 km) para visitar este lugar y los pueblos de los alrededores, como Patones y Torremocha de Jarama donde intentaríamos pasar la noche en un turismo rural.

Estos lugares pertenecen ya a la cuenca del río Jarama. Todos tienen el encanto de la historia, de la tradición artesana y están situados en hermosos enclaves naturales.

El río Jarama no surge como otros ríos de un solo manantial, si no de la cooperación de pequeños arroyos. La unión de estos forman poco a poco este gran río, el más largo de los trece ríos que tiene la Comunidad, con 190 kilómetros de recorrido íntegros por la región madrileña.


En cuanto al nombre del río, hay muchas hipótesis. Una de ellas hace referencia a 'Jara' como una voz árabe que se refiere a la jara, el matorral. El nombre vendría a decir 'Río que atraviesa los matorrales'.





TORRELAGUNA


Estamos ya en el entorno natural del Valle del Jarama, un paisaje con uno de los bienes más preciados en estos tiempos de sequía, el agua. De eso nos dimos cuenta enseguida. Aquí el mejor patrimonio es el Canal de Isabel II.

Torrelaguna fue la primera sede de dicho Canal.

Pero Torrelaguna es también un conjunto histórico muy valioso que está a la altura de personajes que nacieron allí: el Cardenal Cisneros que, por cierto, no reparó en gastos para engrandecer la Villa.


Plaza Mayor de Torrelaguna

PLAZA MAYOR DE TORRELAGUNA


Es una preciosa plaza de estilo castellano que no tiene nada que envidiar a las que veríamos después visitando otras Villas y que los entendidos dicen son más famosas.

La primera impresión que tiene el viajero al verla es de ¡Wuau! porque da un gran impacto visual. Allí se alojan las principales obras arquitectónicas de Torrelaguna, la Iglesia. El Ayuntamiento y el Convento.


Iglesia de Santa María Magdalena

Iglesia de Santa María Magdalena


IGLESIA DE SANTA MARÍA MAGDALENA. 

Es el edificio más sobresaliente, del siglo XV. Cisneros aportó el dinero y contrató al arquitecto encargado de la obra, por eso hoy puede verse su escudo en el cuerpo superior de la torre, junto al escudo de Torrelaguna.


Ayuntamiento, antiguo Pósito

Allí también se encuentra el Ayuntamiento o antiguo Pósito creado también por el cardenal Cisneros como almacén de grano.

El edificio es de estilo renacentista y hoy en día sólo se conserva su preciosa fachada formada por dos plantas con porches que están rematados por un tejado a dos aguas. 

Plaza Mayor de Torrelaguna


Callejeando

Convento de las Hermanas Franciscanas


Del Convento de las Hermanas Franciscanas sólo destaco la entrada a la Iglesia como hermoso elemento del edificio original.

En el número 8 de la Plaza Mayor se encuentra la Oficina de Turismo donde dan información útil para una visita a Torrelaguna.

Paseando por sus calles vimos palacios y casas solariegas, restos de una muralla medieval y calles con encanto de épocas pasadas.
En estos lugares la gastronomía es un atractivo añadido y los días laborables las casas de restauración ofrecen menús muy asequibles.






PATONES


A solo 6 kilómetros al este de Torrelaguna por la carretera M-106 se encuentra Patones, el pueblo más conocido de los de arquitectura negra ubicados en la Comunidad de Madrid.

Había leido que: “Patones es un pequeño pueblo, prácticamente deshabitado entre semana, pero que en fines de semana y festivos se llena de visitantes en busca de un paseo tranquilo entre casas de pizarra negra, rodeados de montañas, y una rica comida en uno de sus muchos restaurantes.”

Patones está en un paraje recóndito donde disfrutar de la naturaleza.

Al verlo recordé rápido nuestra aventura por los pueblos de arquitectura negra de Guadalajara que no hace mucho visitamos, pero me pareció, a diferencia de los de Guadalajara, que este estaba poco cuidado







Íbamos con la idea de recorrer andando la senda ecológica de El Barranco. Preparando el viaje no acertaba a saber qué era eso de senda ecológica …..Y luego tampoco encontré el por qué de ese nombre.

Es un camino de 750 m que separa los dos Patones, el de Abajo y el de Arriba. Caminando se divisa todo el entorno, sus formaciones geológicas, sus valles y las estructuras hidráulicas. Bonitos paisajes.


En Patones de Arriba hay muy poco aparcamiento y merece la pena dejar el coche en el parking que se encuentra en Patones de Abajo, justo donde comienza la senda ecológica.

La caminata abrió el apetito, pero hay remedio porque la oferta gastronómica es buena: restaurantes rurales, pequeños, románticos, para todos los gustos. Lo que llamaríamos “rural chic”.



Si se decide continuar por la misma carretera que vinimos, unos pocos minutos más se puede hacer senderismo junto a la antigua presa en Pontón de la Oliva e incluso ascender al paisaje erosionado y extremadamente fotogénico de Las Cárcavas (que, aunque hay quien dice que son de Patones, están ya dentro de la provincia de Guadalajara)

Continuamos nuestra ruta anocheciendo. En Torremocha del Jarama nos esperaba el hostal Luna Llena, muy recomendable.















TORREMOCHA DE JARAMA


Torremocha se encuentra en medio de un mar de buenos cultivos de cereales, de viñas y de olivos gracias a las aguas del río Jarama porque estas tierras también están atravesadas por alguna de las principales obras hidráulicas de la Comunidad de Madrid, en este caso por el canal de Cabarrús, el de Atazar y el del Alto Jarama.

Nada más entrar nos dimos cuenta que es un pueblo vivo, se ve gente por la calle que tiene algo que hacer y la mayor parte de las casas están habitadas todo el año y muy bien cuidadas.

El lugar nos gustó porque tiene mucha cultura vitivinícola y ya sabéis que eso siempre nos interesa. Por todo el pueblo encontramos paneles informativos relacionados con la elaboración del caldo de los dioses, el pueblo es como un museo al aire libre.

 Hostal Luna Llena



La ruta terminaba, habíamos disfrutado visitando lugares que no conocíamos, pero seguimos por carreteras secundarias buscando otra ruta por esas Villas de Madrid que tanta fama tienen.


Villas de Madrid: Chinchón

Villas de Madrid: Buitrago de Lozoya

Villas de Madrid: Alcalá de Henares 

Villas de Madrid: Nuevo Baztán


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